domingo 12 de septiembre de 2010, 22:58h
El señor Zapatero puede prometer, y promete, su compromiso con Catalunya para impulsar su autogobierno tras la sentencia del Constitucional sobre el Estatut y asegura que ello va más allá de una u otra elección.
Y se le entiende perfectamente. El porvenir del PSOE en Catalunya no es bueno y más vale tender un puente al próximo ganador de las elecciones. Pura política elemental.
Es evidente que el PSOE (PSC) tiene la obligación de luchar hasta última hora. Ha diferido todo lo posible la fecha de la votación en espera de que el amado pueblo catalán olvidara el palo del Estatut. Estatut que, por otra parte, tenía el “total apoyo” del Sr. Zapatero. Casi dentro de este aplazamiento de la convocatoria se “ha conseguido” la salvación económica de Catalunya gracias a la entrada de China en el sector automovilista catalán (¿para cuándo?). Ahora bien, la renovación del TC sigue pendiente mientras se ofrecen unas nuevas transferencias de chichinabo.
En Catalunya es necesario, más que nunca, situar la necesidad de futuro de la nación catalana por encima del poder político. Este objetivo no parece evidente ni en el PSOE ni en el PP. Por otra parte sí parece evidente que Catalunya no puede soportar otro tripartito y que ante cuatro años de más de lo mismo sería mejor emigrar a España.
A todos los políticos hay que pedirles, por favor, que no nos llenen los oídos con más ambigüedades, que corran un tupido velo sobre las responsabilidades y errores de los demás pues ya los conocemos sobradamente, que expliciten con claridad la realidad del país y las acciones que van a proponer al respecto. El votante debe saber y sobretodo entender los programas de gobierno sobre economía, sobre política social, sobre el desmadre del gasto publico inútil, sobre el exceso de legislaciones con escaso o nulo carácter práctico y sobretodo su posición ante los conceptos autogobierno/federalismo/relación bilateral Catalunya-España/ autodeterminación/secesión, etc. Y que se acaben los eufemismos. Nadie tiene porque dejar de manifestar sus ideas. No existe ningún enfrentamiento de Catalunya con España. En cambio es evidente que España se enfrenta a Catalunya al boicotear su Estatut aprobado en referéndum además de serlo por el Parlament y por las Cortes Españolas.