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Coccinelle, con un zoo en bandolera

Coccinelle, con un zoo en bandolera

sábado 23 de octubre de 2010, 15:55h

Los bolsos son habitáculos tan misteriosos que han merecido hasta estudios sociológicos. Es más, la profesora de Lengua inglesa de la Universidad de Cornell, novelista y estudiosa de la moda, Alison Lurie, sentenció: “su contenido, por ejemplo, puede representar el contenido de la mente”.

No creo que Coccinelle, al lanzar su última línea en bolsos, tuviera pensamientos tan elevados. Esta firma italiana acaba de poner en el mercado, en concreto en las tiendas multimarcas, una colección llamada El Arca de Noé, con la que madres e hijas, en un tándem muy familiar, podrán llevar un auténtico zoo en bandolera, como aquella canción de Adamo, aunque lo que llevaba en bandolera el cantante era un corazón, ¿se acuerdan?

En El Arca de Noé entran desde leones a mariquitas –sarantontón, se les llama en Canarias-, a jirafas o perros. De esta bíblica línea tiene la culpa creativa la ilustradora italiana de libros infantiles Silvia Bonanni, que tuvo la ingeniosa idea, muy propia de tiempos de crisis para qué vamos a negarlo, de aprovechar todo lo que quedaba descabalado por los cajones de su casa y por las cajas de la costura. Así que con la ayuda de su imaginación fue convirtiendo los calcetines en cuerpos, los parches en orejas, los botones en ojos, las cintas largas en melenas y los cordones de los zapatos en bigotes. El fruto de tan entretenido trabajo sobre todo para las tardes invernales es un bolso de terciopelo o pana muy naïf, que dicen que era el estilo pictórico de Lola Flores.

     En Coccinelle, que es una firma que está en el mundo, no podía faltar su veta solidaria. Así que esta temporada sigue apoyando a la fundación benéfica Magica Cleme (www.magicacleme.org), cuyo objetivo es entretener y divertir a los niños hospitalizados en la planta de pediatría de Hematología y Oncología del Hospital de San Gerardo en Monza, Italia, ofreciéndoles la posibilidad de evadirse un rato de la rutina hospitalaria. Además, la marca italiana ha decidido respaldar otro nuevo proyecto de la Fundación llamado “el lápiz Mágico”, consistente en un taller de terapia basado en el arte que se desarrolla en el hospital. Un terapeuta, el profesor Dario Brivio, trabaja con los pequeños una vez a la semana a través del dibujo, ayudando a mejorar la comunicación con los adultos, sobre todo los médicos.

Con estas encomiables labores solidarias hay quien paga de mil amores los ciento veinte euros que cuesta el bolso grande para las madres y setenta el destinado a las hijas. Y a partir de ese momento que vengan todas las “Alison Luries” del mundo a investigar el continente y el contenido del bolso zoológico.

 

 

 

 

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