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Típicos tópicos del PSOE-A

Típicos tópicos del PSOE-A

lunes 20 de diciembre de 2010, 16:56h

Las encuestas técnicas, oficiales y partidistas,  y el barómetro social de la barra del bar o de la cola del súper anticipan el fin del ciclo socialista en Andalucía. También se vislumbra en los mismos escenarios el acabóse del zapaterismo. Pero si el PSOE, en este último caso, parece dispuesto a mover banquillo, en el caso andaluz el silencio es atronador: nadie dice nada o nada trasciende, como si el miedo a perder hubiera paralizado hasta la expresión pública del razonable deseo de ganar.

Quizás este conformismo del socialismo andaluz hunda sus raíces en uno de los tópicos más arraigados del sureño: si el problema tiene solución, preocuparse no vale de nada y si el problema no tiene solución, no vale de de nada preocuparse. Si esta hipótesis fuera la verdadera, se traduciría en que el PSOE-A tiene hartazgo de sí mismo, prisas por perder las próximas elecciones para que sean los andaluces los valientes, los que hagan lo que ellos no se han atrevido a hacer: pasar página de Griñán y de su calamitoso equipo, como están haciendo, sin prisas pero sin pausas,  los compañeros de los madriles con ZP

Pero puede que el problema no esté en un PSOE-A. Quizás desde el federal, el postzapaterismo, que ya empieza a llevar las riendas del partido, piense que en tiempos de crisis, y en más en Andalucía, no se deben hacer mudanzas; quizás sobrevaloren el sólido suelo del invicto socialismo andaluz y  estén acallando cualquier atisbo de alternativa a Griñán para las próximas elecciones autonómicas..

La Historia juega a favor del inmovilismo socialista. No ha habido crisis –social o del mismo socialismo- capaz de quebrar la solidad del PSOE en Andalucía. Dedazos como el que colocó a Griñán en la Presidencia de la Junta ha sido el tópico más típico del partido: a dedo colocaron a Rodríguez de la Borbolla y a dedo lo echaron; a dedo colocaron a Chaves y a dedo lo echaron y a dedo colocaron a Griñán y a dedo…no parece que esta vez vayan a echarlo, al menos hasta que las municipales confirmen el inmenso error del actual líder del PSOE-A.

Ocurre que el PSOE ha vivido en Andalucía alentando todos y cada uno de los tópicos andaluces. Lo ha hecho internamente –ya me dirán si los procesos de selección de sus candidatos no han sido cacicadas decimonónicas- y lo ha hecho externamente: Andalucía, como antes de la autonomía, sigue siendo la tierra del paro, del vivir - a ser posible- del cuento de público, del fracaso escolar, del que “inventen otros” y, hasta hace bien poco, del miedo. Del miedo al Poder.

Y ahí, en el miedo, es donde socialmente se le quiebra al PSOE su dominio de Andalucía: los andaluces, super agobiados por el desempleo y, sobre todo, convencidos de que el futuro sin cambios no será mejor que el presente sin haber sido cambiado en 30 años, están perdiéndole el miedo al Poder. La protesta de los funcionarios -¡¡de los funcionarios, que se dice pronto!!- ha abierto la espita.

Por primera vez, el socialismo oficial andaluz va por un lado y los andaluces, sin distinciones ideológicas, por otro. El PSOE oficial por primera vez tiene miedo de sí mismo, miedo a erradicar los soberbios  déficits de Griñán como líder de los andaluces y miedo a discrepar de algunas de sus decisiones erráticas –caso Velasco-  y  de muchas de sus declaraciones estrambóticas, por ejemplo que aquí ha mandado la cultura de la subvención, poniendo al PSOE-A a la altura del “pitas, pitas” de Esperanza Aguirre.

Y por primera vez, los andaluces, sin distinciones ideológicas,  no tienen miedo al PP porque es el socialismo de ZP y de Griñán los que están haciendo las políticas que tradicionalmente se achacaban a la “derescha”: recortes sociales, privatizaciones, tijeretazos a las subvenciones, rebajón a las pensiones,  subida de impuestos, autoritarismo “manu militaris” para afrontar problemas laborales, divorcio de los sindicatos, más toda una novedad en nuestras vidas democráticas: el constante ridículo internacional de España, un país cuya soberanía se vende al poder de los estados más poderosos, que son los que mandan y ordenan nuestra economía, dependencia que no la  mejora ni los años de plomo de la dictadura franquista.

No sabemos a qué espera el PSOE andaluz para intentar frenar su actual tendencia de cuesta abajo y sin freno. Está claro que no tiene un Rubalcaba para tapar los agujeros de Griñán. Podría serlo Mar Moreno, pero a ella también se le ve coartada por el miedo tengo miedo…en su caso a anticiparse a la historia, a la que llegó tarde una vez –sucesión de Chaves- y a la que ahora, de Griñán,  no quiere llegar demasiado pronto.

Es el típico-tópico del PSOE andaluz: no hacer absolutamente nada por sí mismo, a la espera siempre del ordeno y mando de los jefazos de Ferraz. Inmovilismo parecido al que los andaluces, históricamente, han tenido consigo mismos.  Pero ahora, parece que el votante andaluz rompe amarras: quiere hacer cosas por sí mismo y romper el ordeno y mando de papá PSOE.  Toda una lección del hijo al padre.

 

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