El hurón: El golpe de los ‘vices’
jueves 17 de febrero de 2011, 21:39h
Gumer, de un tiempo a esta parte, saca pecho. Sus brochazos políticos, él lo sabe, le hacen sentirse importante. Es más, la otra tarde me dijo que estaba pensando hacer ‘equipo’ con el 'Topillo' y con ‘Las ratas’ de J.M. Nieto, que acampan en El Mundo, “para que se echen a temblar Herrera y Cía”. Vamos, que le gusta el sabor puro de la libertad. Le he recomendado que lo deje para después de las elecciones, que las cosas no son tan fáciles como él imagina. Está convencido de que este trío arrasaría.
-Ahora, me dice, es un buen momento. Soy capaz de escuchar los clarines electorales y el cosquilleo invade las filas populares. Juan Vicente Herrera (JVH) ya tiene afiladas las tijeras para un recorte aproximado de, al menos, tres consejerías: ¿Sanidad con Familia? Gana la segunda, César Antón. ¿Agricultura con Medio Ambiente? Silvia (Sabores) Clemente, la primera, aumenta su poderío. ¿Justicia? Dalo por hecho, a Presidencia y Picalcaba, in crescendo. Cabe, incluso, la posibilidad de que don José Antonio ascienda a los cielos de los vicepresidentes.
Está como una cabra el hurón. Le pregunto si ha bebido o fumado alguna sustancia rara. Negativo. El cuaderno azul del presidente de Castilla y León, preocupado por rejuvenecer la plantilla, todavía no está cerrado. La ruleta ha comenzado a rodar. Hagan juego.
-Creo, jefe, que 2012 va a ser un buen año para los vallisoletanos porque si, como está previsto, Mariano Rajoy asciende a los cielos de La Moncloa, una paisana ocupará el sillón que un día fue de María Teresa Fernández de la Vega. ¿Recuerdas? Apunta Soraya Sáenz Santamaría. Todo un golpe de efecto.
Por supuesto, pero lo veo todo muy complicado. Además en el terreno político se pueden dar más sorpresas que en un campo de fútbol. Hasta ganar de penalti y en el último minuto. No sería la primera vez, aviso.
Todo esto sucederá treinta años después de aquel lejano 23 F del que ya sabemos casi todo. Y lo que no se conoce se sabrá con cuentagotas, porque los protagonistas se van marchando poco a poco y los que quedan, mutis por el foro. Juan José Rosón, ministro del Interior entonces, me contó que él llamo desde su escaño al general Aramburu Topete, recientemente fallecido, para decirle que no le quitara ojo al bigotudo general Santamaría, “porque tenía muchas dudas de qué lado estaba”. Pero el que de verdad no estaba era Francisco Laína, secretario de Estado que, inesperadamente, tenía que reemplazar al gobierno secuestrado. Así se lo hizo saber al Rey la persona que descolgó el teléfono rojo del ministro. S.M. quería información en aquellos momentos oscuros de un día de febrero de hace muchos, muchos años. Éste, ojalá, sea un golpe irrepetible.
Félix Lázaro. Periodista.