Las elecciones, en segunda vuelta, ya han proporcionado un nuevo Presidente a Guatemala. Responde al nombre de Alvaro Colom, líder del Partido Unión Nacional de la Esperanza (UNE). Hombre al parecer sin carisma, pero lo ha intentado en tres ocasiones y finalmente ha salido victorioso. Eso demuestra mucha voluntad. Según las encuestas finales ha logrado el 53% de la gente que votó en segunda vuelta y aunque no tengo el dato exacto parece que apenas llegó al 50%. Es decir un 53% sobre una mitad que visitó las urnas representa que alguno más de cada cuatro guatemaltecos está apoyando directamente a Alvaro Colom. Como dato poco obtenido en anteriores elecciones, UNE ganó en 20 de los 22 Departamentos que integran el país con una población de 13 millones de habitantes.
El opositor es Otto Pérez Molina, un general retirado que obtuvo el 47% (1% nulo) sobre el mismo electorado efectivo. Esto representa sólo tres puntos por debajo. Aunque la diferencia es de un 6% hay que considerar sólo la mitad debido a la masa electoral efectiva. Su Partido Patriota sería un continuador de la línea seguida por otros gobiernos anteriores, aunque el uniforme a veces reorienta el cambio y su aplicación de métodos es totalmente distinta. No lo afirmo en este caso. Pero tenemos el ejemplo en la Venezuela de Chávez. Ya muchos le llaman Chavezuela al país de Simón Bolívar, a la patria bolivariana. Y me remito a la próxima votación del 2 de diciembre que seguramente se volcará sobre el mismo camino del Referendo Revocatorio del 15-D-2004. Recordemos el fraude y el visto bueno de Jimmy Carter. Chávez quiere cambiar el Estado, no solamente la Constitución.
Hay otro factor que merece comentarse. Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz no llegó al 3% en la Primera Vuelta. Ciertamente ha estado muy baja en la consideración de su pueblo indígena. No deben tener mucha confianza en ella para presidenta. Tampoco se le puede reconocer la formación necesaria para gobernar. Y lo peor hubiese sido una ayuda desde fuera que todos ya conocemos como posible, procedente de Chavezuela o incluso de Cuba. La indio-guatemalteca debe olvidarse del poder ejecutivo y dedicarse a otras actividades más propias de su perfil y el Nobel obtenido hace 15 años. Quizá pueda actuar en reformas sociales y ayudar a su propia raza a salir de la pobreza.
Quiero profundizar en la personalidad y quizá en la mente de Alvaro Colom. Según él mismo se identifica como un "social demócrata" que se va a ocupar de los pobres en una triple vertiente: Salud, Educación y Seguridad Social (SALES). Por supuesto, no se considera socialista y mucho menos marxista. Eso sería fatal para Guatemala que aspira a ser mejor como país centroamericano.
Ser social-demócrata hoy día es lo que popularmente se puede denominar "centro-izquierda". Ha habido gobiernos en Alemania donde la Social Democracia ha sido gobierno totalmente. El último fue el de Gerard Schröeder. Fue sustituido por el gobierno de Angela Merkel, al frente de la Democracia Cristiana, pero supo eliminar a los mini-partidos y formar coalición con el PSD. Al parecer marcha maravillosamente.
Frau Merkel tuvo la visión de impedir que las minorías llegasen al poder e implantasen sus objetivos. Tal extraña experiencia se ha vivido en una Comunidad pionera de España - Cataluña - donde el Pacto Tripartito se ha impuesto al partido mayoritario, Convergencia i Unió. CiU se ha quedado fuera del Gobierno por esta regla que muchos ya no aceptan, porque Democracia es el gobierno de las mayorías, aunque con respeto de las minorías, pero jamás al revés. Otro aspecto vital hay que planteárselo a nivel mundial, ya algunos países tienen implantado el sufragio obligatorio y sólo piden que todos los ciudadanos concurran a las urnas para expresar sus voluntades. Hay politólogos que afirman que las únicas armas son las urnas y que todo ciudadano debe estar presente en ocasión de elecciones. Es su deber, la otra cara de la moneda del derecho.
Si Alvaro Colom, al parecer muy ayudado por su esposa, se llena de carácter y aplica su voluntad política en mejorar al 50% de ese pueblo miserable que sufre (6,5 millones) y no levanta cabeza, merece todo nuestro apoyo. Primero, por supuesto, el propio pueblo guatemalteco. Que la clase de hoy privilegiada se fije en otros países donde las izquierdas han trepado para gobernar - sigo citando el mal ejemplo de Chavezuela - y no cometa errores similares. Hay que cuidar a las clases económicas del país, pero no se puede olvidar a las clases pobres, al pueblo miserable, al guatemalteco nacido en la propia tierra con la carencia de factores básicos. Guatemala tiene buena geografía y sabiéndola aprovechar se puede dar un salto de gigante al nuevo Presidente: Alvaro nombre muy castellano y Colom muy parecido al Descubridor de América. Hace poco hemos celebrado el 515º aniversario de la llegada de Cristóbal Colón.
El próximo 14 de enero, 2008 tomará posesión del cargo bajo su plena responsabilidad. Alvaro Colom quiere enfocar un diálogo con todos los actores políticos y sociales. Y los demócratas de Iberoamérica le deben ayudar y desear todo género de éxitos…
Vicente R. Gutiérrez S.
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