Sánchez y el búnker: no asume responsabilidades en la derrota de Andalucía, que la achaca a los votantes

El presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, mantiene su silencio tras la debacle electoral en Andalucía.

Se quitó de en medio a su archienemiga del pasado Susana Díaz, que ganó las anteriores elecciones pese a no poder gobernar, y su apuesta para estos comicios, Juan Espadas, ha fracasado.

Además, es el peor resultado histórico del PSOE en esta región y por mucho que se intente mantener el discurso de que no hay que extrapolar a la política nacional unos resultados autonómicos, el temor al cambio de ciclo es evidente en Ferraz y entre los barones territoriales.

De hecho, éstos han sido los primeros en dar la voz de alarma y pedir explicaciones a la cúpula del partido, sobre todo para saber qué plan de actuación se tiene previsto para remontar el vuelo y evitar más derrotas de cara al duro año 2023, donde habrá elecciones autonómicas, municipales y generales.

Como ya ocurriera en 2011, tras la era Zapatero, se teme una pérdida generalizada de los gobiernos regionales, grandes ayuntamientos y, por supuesto, la joya de la corona, que es Moncloa.

Y mientras tanto, se van conociendo las primeras impresiones de Sánchez puestas en común con el partido, ya que ayer lunes hubo Ejecutiva del PSOE, muy discreta, casi sepulcral, donde apenas hubo conocimiento de qué se habló, más allá de las explicaciones públicas de Felipe Sicilia como su portavoz, ante los medios.

Lo que se sostiene desde dentro

Esa versión oficial es que el PSOE descarta que los malos resultados de Andalucía sean extrapolables a las próximas generales. Y dentro, Sánchez mantuvo esa postura cerrada, planteando que "el Gobierno está fuerte, sólido" y que "hay legislatura hasta el final".

Según RTVE, comentó que “lo que toca es demostrar de manera clara que el Gobierno, de lo que está preocupado, es de lo que le preocupa a la ciudadanía”.

Además, la dirección socialista no asumió errores en las elecciones andaluzas y achacó el resultado a la desmovilización del electorado progresista.

De momento, no se plantea el relevo de Juan Espadas desde Madrid, quien en todo caso quedará en manos del PSOE andaluz. Desde Ferraz excusan a su candidato, explicando que ha tenido poco tiempo para darse a conocer, critican el adelanto electoral del presidente regional Juanma Moreno -cuando en realidad se llevaba mucho tiempo planteando- y ponen como excusa hasta el verano: se dijo que “no era la mejor época” para favorecer a la movilización.