Con mando en plaza. Tal puede ser el resumen de la tarde que ofreció Román ante sus dos victorinos que no admitían ni una duda exigiéndole la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Lo que, claro, añadido al buen toreo, le sirvió para echar en su esportón una oreja de peso en su primero. Otra se había ganado por repetir de tal guisa con el otro pero un espadazo feo se lo impidió, por lo que una vez más -y van…- el valenciano se quedó muy cerca de descerrojar la soñada Puerta Grande de Las Ventas. Con un encierro parigual en buena presencia y desigual juego y fuerzas, todos los de la A coronada se movieron con el denominador común de sus complicaciones y la emoción que transmitían a los tendidos. Como el que abrió función que hirió a Galván, y los tres que pasaportó Ginés Marín, ninguno de los cuales le ofreció opciones de triunfo.
Tampoco parecía tenerlas 'Esquinero', lidiado en tercer lugar del festejo Román, aunque había apuntado cierta humillación por el pitón derecho, pero que se fue parando y midiendo mucho en banderillas para sacar su desbordante codicia encastada en la muleta. No se arredró el valenciano, que le fue obligando a embestir a base de plantarle cara con la pañosa, y someterle primero en ayudados por bajo seguidos después, a base de tragar, de tandas ligadísimas en redondo que cerró con extraordinarios pases de pecho muy marcados al hombro contrario. Lo intentó el valenciano por la izquierda con una serie irregular antes de volver a los redondos y festonear nuevos mandones ayudados por bajo.
La espada quedó desprendida pero la petición de una oreja de justeza y justicia fue unánime. De manera muy parecida obró con su segundo, todavía más áspero y que se había refugiado en las tablas del 9, y allí le planteó cara el coletudo con nuevas dosis de valor, técnica y el toreo clásico, de riesgo y sin alardes. Pero, aunque se tiró con ganas a la hora suprema, la tizona hizo guardia y le privó de la segunda oreja. Estadísticas aparte, Román aumentó todavía el buen crédito que se ha ganado en la cátedra y catedral del toreo.
Y, como mínimo, lo mantiene Ginés Marín, que se estrelló con los tres que tuvo que matar por la cogida de Galván: todos descastados y flojos. No por ello fáciles, pues tampoco admitían otra lidia que la de no dudarles e incluso le permitieron robarles , sobre todo al cuarto y sexto, cortas y valientes series al natural de buen dibujo. Vaya en su honor también que el de Jerez de los Caballeros se lució con un ramillete de excelsas verónicas abrochadas con una media muy barroca a su primero.
Dentro de la feísima cogida de Galván en su incierto que le correspondió en primer lugar poco después de coger la muleta, y tras la cual quedó tendido inane en la arena, las consecuencias son menores de lo que el espectacular percance se temía en los tendidos y sólo presenta un puntazo en el hemitorax izquierdo pendiente de estudio radiológico en el Gregorio Marañón.
FICHA
Toros de VICTORINO MARTÍN, muy bien presentados, cumplidores en los caballos en general, correoros, complicados y exigentes, con 3º encastado y 2º, 4º y 6º descastados y blandos. DAVID GALVÁN: cogido por su 1º. ROMÁN: oreja; fuerte ovación. GINES MARÍN: palmas, silencio con aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 11 de octubre, 5ª de Feria. Lleno (22.447 espectadores, según la empresa). Enfermería: David Galván fue atendido de traumatismo craneoencefálico con pérdida de conocimiento, y un puntazo corrido en la cara posterior del hemitórax izquierdo con contusión en parrilla costal pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado.
Si (
No(
