Las tres centrales sindicales más importantes panameñas marcharon el pasado jueves divididas en la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, pero coincidieron en demandar "medidas urgentes" para contener el alza al coste de la vida y un aumento general de salarios.
La plataforma de izquierdas FRENADESO (Frente Nacional de Defensa de los Derechos Económicos y Sociales) encabezó una marcha pacífica de protesta que recorrió -igual que las otras centrales- la Avenida Central desde el Parque Porras hasta la Plaza 5 de Mayo, frente a la Asamblea Nacional.
Los obreros recordaron a los tres trabajadores de la construcción civil muertos este año a manos de la policía y miembros de otros sindicatos "amarillos" en enfrentamientos callejeros y denunciaron la "persecución" de que son objeto sus dirigentes.
Además, denunciaron la "venta y traición" de la "seudodirigencia" del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO), la central considerada afín al Gobierno, porque "insiste en sacrificar las conquistas de los trabajadores para continuar logrando nuevas prebendas y canonjías".
También la Unidad de Lucha Integral del Pueblo (ULIP), otra plataforma de grupos políticos, estudiantiles, educadores, jubilados y obreros marchó denunciando la "política neoliberal promovida por el Gobierno" y clamando por un aumento general del 100 por ciento, según unas cuartillas distribuidas entre los concurrentes.
El Consejo Directivo Nacional de la Central Nacional de Trabajadores de Panamá (CNTP) hizo causa común contra el "neoliberalismo que genera pobreza" mediante una declaración escrita en la que explicó que hay que "acelerar" la lucha obrera contra el modelo de "globalización" que solo beneficia a las multinacionales.
Los panameños amanecieron con nuevos precios de las gasolinas, un alza de precios que en el primer trimestre del año se calcula oficialmente en el 8,8 por ciento, un empleo informal del 46 por ciento y 6,4 por ciento de desempleo.
El coordinador de CONATO, Rafael Chavarría, por su lado, clamó por la "unidad de la clase obrera" porque piden también "congelar los precios de la canasta básica familiar", bajar las tarifas de los servicios públicos y un mejor sistema de transporte público.
"Creemos que es necesario que los trabajadores panameños tratemos de conversar y buscar la unidad porque es la única manera que podemos enfrentar los problemas de la población", acotó.
Chavarría consideró que "algunos dirigentes políticos", en campaña para las elecciones de 2009, están "derramando demagogia" y "politiquería barata", al prometer altos aumentos de salario o la creación de un decimocuarto mes de paga.
"Si ellos tuvieran algún sentimiento por la población panameña, realmente ya hubieran propuesto a la Asamblea de diputados un proyecto de ley para que se diera un aumento general de salarios porque Panamá es el único país donde para que se le de un aumento a los trabajadores se tiene que llevar a la Asamblea", sentenció.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Edwín Salamín, aseveró que el Gobierno sí ha tomado acciones para atenuar el impacto del alza del coste de la vida y reconoció el "legítimo derecho" de los trabajadores de demandar un alza salarial.
Entre estas iniciativas señaló la reducción del impuesto sobre la renta gradualmente, desde este año, a los que ganan menos de 2.500 dólares mensuales (que está en debate en el parlamento) para "mejorar su poder adquisitivo".
También recordó que el Gobierno subsidia la tarifa de electricidad a más del 91 por ciento de los usuarios que consumen menos de 500 kilovatios mensuales, la venta directa de productos alimenticios a menor precio que el comercio y la ampliación de la exoneración de impuestos a la adquisición de viviendas populares.
No obstante, admitió que hay que "seguir tomando medidas, por supuesto, pero dentro del diálogo, del debate de las ideas".