El huracán Ike se enfila a Estados Unidos y se pronostica que recupere la fuerza de categoría tres en las aguas cálidas del Golfo de México, tras dejar muerte y devastación en Cuba y Haití.
Ike tiene vientos de 140 kilómetros por hora que lo hacen un huracán categoría uno en la escala Saffir-Simpson de cinco y se ubica a unos 695 kilómetros al sureste de la desembocadura del Río Mississippi, en el sur de Estados Unidos.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) proyectan que se fortalezca antes de impactar en Texas, el oeste de Louisiana, en Estados Unidos, o el noreste de Tamaulipas, en México.
El huracán que ya dejó cuatro muertes en Cuba y casi un centenar en Haití, se proyecta que impacte la región sureña de Estados Unidos para el próximo sábado.
Autoridades de Texas activaron la Guardia Nacional y el sistema de albergues, al tiempo que urgieron a sus habitantes ribereños a prepararse con víveres ante el meteoro.
El gobernador Rick Perry ordenó el despliegue de cientos de autobuses y camiones escolares al sureste del estado, para ayudar en la posible evacuación de las zonas en riesgo de ser afectadas por el ciclón.
Ike fue el segundo huracán que azotó Cuba en los últimos 10 días y, según la Oficina de Naciones Unidas para la coordinación de Asuntos Humanitarios en Ginebra, dejó unas 140 mil estructuras dañadas y el monto de los daños se calcula en unos 4 mil millones de dólares.
El huracán entró por la costa norte oriental de Cuba el domingo por la noche como categoría tres y barrio con casas, techos, árboles, postes eléctricos y cosechas hasta que se debilitó y regreso al mar.
Tocó tierra por segunda vez el martes en Pinar del Río, la región tabacalera oriental que ya había perdido 90 mil viviendas la semana pasada por el huracán Gustav.
A su paso por Cuba de 48 horas de este a oeste, Ike arrasó miles de viviendas, escuelas, centros de salud, empresas estatales y cosechas agrícolas, según los reportes parciales preliminares.
En La Habana provocó, al igual que en otras ciudades, la interrupción del servicio eléctrico, excepto en hospitales, entidades económicas o de servicios como los medios de comunicación, aunque dos canales de televisión tuvieron que ser retirados del aire.