El acuerdo que pocos esperaban ayer martes para elegir a los 2 jueces del Tribunal Constitucional que puede elegir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha dejado fuera de juego tanto al PP como a los propios jueces y vocales conservadores.
Los vocales progresistas aceptaron la candidata de corte más progresista que pusieron sobre la mesa sus colegas conservadores, María Luisa Segoviano, y con el desbloqueo de la situación, el Tribunal Constitucional tendrá ahora mayoría progresista sin que haga falta ya la polémica reforma sobre los nombramientos que promovió el Gobierno.
Ahí está la jugada de éxito del Ejecutivo de Pedro Sánchez y la izquierda: pese a haber perdido la primera parte de estaba batalla, cuando se paralizó parlamentariamente su reforma para cambiar la forma de elegir a los magistrados del Constitucional, este tribunal de garantías finalmente tendrá mayoría progresista.
El sector conservador del CGPJ impuso a su candidato César Tolosa, pero no esperaba que fuera tan fácil que el resto de vocales, los progresistas, finalmente aceptaran a Segoviano en lugar de su candidato favorito, José Manuel Bandrés. Precisamente el empeño de cada sector por imponer a su aspirante es lo que mantenía bloqueada la situación y no había manera de nombrar a los 2 candidatos que puede colocar el CGPJ en el Tribunal Constitucional, según le corresponde.
¿Qué ha pasado? Pues que los vocales progresistas dieron pie a un resultado de unanimidad en la votación de los candidatos, cuando casi nadie lo esperaba, dejando descolocados a sus compañeros conservadores. Se desconoce si han tenido indicaciones políticas, pero en todo caso sirvieron a los planes que tenía el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, que toma este resultado como una victoria parcial. Ya no hace falta que prospere su reforma, aunque seguirá apoyándola en el futuro para evitar nuevos bloqueos.
Así se completará el Constitucional
Ahora sólo falta, eso sí, que el Poder Judicial no bloquee a los 2 candidatos propuestos por el Gobierno, Juan Carlos Campo y Laura Díez, el primero de ellos ex ministro de Justicia. Si no hay una inesperada rebelión para impedirlo, el TC tendrá finalmente clara mayoría progresista. Clave y fundamental para atender a recursos de leyes aprobadas por este gobierno actual, tales como la de eutanasia, aborto, trans...
Los 2 nuevos magistrados del TC sustituirán a Pedro González-Trevijano y Antonio Narváez, el primero de ellos presidente del propio tribunal, siendo ambos conservadores.
El PP, con la boca pequeña, está aplaudiendo públicamente el acuerdo, asegurando que así se demuestra que no hacía falta una reforma legal para cambiar la forma de los nombramientos, por mayoría de 3 quintos. Pero en realidad este resultado de la votación sabe a clara derrota. Peleará, eso sí, que Campo y Díez sean magistrados del TC, considerando que son candidatos claramente politizados por sus anteriores cargos vinculados al PSOE. Lo mismo que le achaca el PSOE respecto a otros magistrados que nombraron los 'populares', como es el controvertido caso de Enrique Arnaldo.
El consuelo del PP, en todo caso, está en que aún domina el CGPJ, órgano de gobierno de los jueces y que sigue sin renovarse por la falta de acuerdo que alega este partido respecto a sus relaciones con el PSOE. Es la renovación que supuestamente iba a tener lugar desde el verano, pero no pudo ser pese a que el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, intervino en la crisis para que ambos partidos hegemónicos llegaran a un entendimiento.
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