El ex ministro y ex portavoz socialista Javier Sáenz Cosculluela ha presentado su baja del partido por su desacuerdo con la ley de amnistía registrada este lunes en el Congreso como parte del acuerdo de investidura del PSOE con los independentistas catalanes.
Cosculluela, ministro durante el Gobierno de Felipe González, asegura que el pacto del PSOE le causa "vergüenza", constituye un "acto político insensato", "pone en riesgo el modelo de Estado" y "afecta seriamente la convivencia" en España.
El ex ministro militó durante 50 años en el partido socialista y ha enviado una misiva a la Ejecutiva Federal del PSOE para dejar claro que "no actuáis en mi nombre".
"Os estáis apartando de los valores que caracterizaban al PSOE, estáis propiciando un decaimiento de la democracia y de nuestras instituciones, promoviendo una Ley de Amnistía que os coloca en posición de servidumbre frente a un nacionalismo supremacista, reaccionario y desintegrador (...). Veis el abrazo de un oso en los pactos internos de la derecha y, podemizados, no alcanzáis a ver al otro oso que nos está apresando", ha argumentado quien ostentara la cartera de Obras Públicas y Urbanismo entre 1985 y 1991.
El PSOE de Antas registra una moción para rechazar la amnistía al entender que "se desvía del ideal progresista"
Y apostilla: "Tras más de 50 años de militancia honorable y digna, declaro que, al menos, no actuáis en mi nombre. No me represento más que a mí mismo, ya no soy portavoz de nadie, pero debo deciros que me causáis vergüenza. Protesto por vuestros actos políticos. Es muy triste para mí, habiendo sido presidente y portavoz de los socialistas en el Parlamento, diputado constituyente y ministro, llegar a estas conclusiones y tener que pediros que cejéis en el empeño y convoquéis elecciones para salir del actual marasmo".
La voz de Sáenz de Cosculluela se ha sumando públicamente a las críticas de otros ex dirigentes socialistas que en los últimos meses han mostrado públicamente su desacuerdo con las cesiones al independentismo a cambio de la permanencia de Sánchez en La Moncloa.
En esa nómina figuran Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Nicolás Redondo Terreros, Ramón Jáuregui, Elena Valenciano y Juan Carlos Ibarra.
Los errores de la era González
Este ex ministro socialista también es conocido por destruir el Valle de Riaño y provocar un desastre medioambiental en la zona. El 31 de diciembre de 1987 se cerró la presa del embalse de Riaño (nordeste de la provincia de León), lista para recibir el agua del río Esla, poniendo punto y final a largos meses de resistencia, derribos, represión, detenciones, manifiestos, obras y acciones de todo tipo por parte de los vecinos y vecinas del valle, grupos ecologistas y organizaciones de ciudadanos que se oponían al proyecto de llenado de la presa, construida durante el franquismo y que el entonces gobierno socialista se encargó de concluir.
De hecho, de los 9 pueblos del Valle de Riaño: Anciles, Escaro, Hueldes, La Puerta, Vegacernega, Pedrosa del Rey, Burón, Riaño y Salio que quedaron sepultados por las aguas, muchos habían comenzado a ser derribados durante el mes de octubre del año anterior (1986), prologándose estos derribos, debido al retraso que causó la resistencia, hasta finales de julio de 1987.
El PSOE plantea su estrategia en relación con los regadíos de Tierra de Campos. Regadíos que son esenciales para la prosperidad de los agricultores. Ante las necesidades de modernización y progreso de la provincia de León.
El entonces diputado de Izquierda Unida Ramón Tamames hizo referencia a la central nuclear de Lemóniz durante la sesión parlamentaria en la que el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Javier Sáenz de Cosculluela, defendió el proyecto de Riaño.
La paralización de esa central, a causa de la impresionante oposición popular que se generó en el País Vasco, afectaba directamente a la hidroeléctrica Iberduero, motivo por el que algunos opinan que la presa de Riaño servía para "compensar" en cierta medida las pérdidas económicas causadas por la decisión del Gobierno.
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