La todavía presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se ha despedido este sábado del cargo y del liderazgo del partido naranja en una intervención en la que ha agradecido su paso por el puesto.
"Siempre llevaré el honor de haber presidido casi 3 años el mejor proyecto político de España", presumió Arrimadas, además de asegurar que cede "el testigo agradecida por lo aprendido, orgullosa de este gran legado y convencida de que lo mejor no sólo está por llegar sino que lo lograremos unidos".
Tras sus palabras en la VI Asamblea de Ciudadanos, Arrimadas dio paso a la toma de posesión del nuevo Comité de Dirección, donde Patricia Guasp y Adrián Vázquez serán los nuevos líderes del partido, con el apoyo de la presidenta saliente.
Mientras tanto, Arrimadas intentará continuar como portavoz de Cs en el Congreso hasta finalizar la legislatura, algo que dice hacer con "honor". El deseo de Guasp, que encabezaba la lista de consenso que promocionó Arrimadas, es que el partido tuviera una bicefalia: un liderazgo orgánico que representaría ella y otro político, en manos de Arrimadas desde el Congreso.
De todos modos, esto no está claro porque el pequeño grupo parlamentario que le queda a Ciudadanos, de 9 escaños, está dividido. La mayoría apoya a Edmundo Bal, que intentó suceder a Arrimadas en estas primarias, fracasando. Guasp pidió a Bal que aceptara la decisión que tomara el partido, pero el grupo parlamentario podría decidir por su lado. Se verá la conclusión de esta disputa en los próximos días.
Breve historia de Cs
Ciudadanos llegó a los 40 escaños en el Congreso en sus mejores tiempos, con Albert Rivera como presidente. Eso fue en 2015, cuando intentó un gobierno de coalición con Pedro Sánchez y el PSOE. Al quedar ambos sin apoyos, tanto de Podemos como del PP, se repitieron las elecciones en 2016, retrocediendo a 32 diputados, los cuales sirvieron para apoyar a Mariano Rajoy esta vez como presidente, en minoría parlamentaria.
Tras la moción de censura a Rajoy en 2018 y no poder Sánchez mantener la mayoría parlamentaria con sus socios de la moción, convocó elecciones para 2019. Ciudadanos, entonces, se superó a sí mismo con 57 escaños, su récord. Sin embargo, los diputados obtenidos por Rivera no sirvieron de nada porque Unidas Podemos se negó a apoyar que los naranja entrasen a formar parte de una gran alianza. En la repetición electoral, a finales de ese año 2019, Rivera se estrelló esta vez, obteniendo tan sólo 10 diputados. Poco después cedió el relevo a Arrimadas, que ya era diputada nacional después de sus buenos resultados en Cataluña tras el procés, cuando llegó a ganar las elecciones autonómicas.
Breve mandato de Arrimadas
Lo demás es historia: Arrimadas, con esos 10 escaños, no consiguió apenas que Cs fuera importante parlamentariamente hablando, limitándose sus apoyos relevantes a algunas de las medidas durante la pandemia o la reforma laboral de Yolanda Díaz, al considerar que si la patronal había dado su 'ok', no tenía sentido oponerse, como sí hicieron PP y Vox. En todo caso, el actual grupo parlamentario naranja sólo tiene 9 escaños después de que el diputado Pablo Cambronero, un policía nacional sevillano, que abandonó la disciplina denunciando la "deriva sanchista de Arrimadas".
Pero sin duda que a Arrimadas se la recordará por su carrera desarrollada en los peores tiempos de tensión en Cataluña, durante el procés, cuando se enfrentó a los independentistas en las calles, y superando después en las elecciones de finales de 2017 a todos los partidos con su lista naranja.
En política nacional, quedará para el recuerdo por sus continuos bandazos a izquierda y derecha. Tras pactar con el PP de Pablo Casado una alianza electoral en País Vasco y Navarra, con un gran acercamiento, su acción más significativa fue cuando intentó con Pedro Sánchez y el PSOE arrebatar varios gobiernos regionales y municipales que mantenía en colición con el PP, como ocurrió en Murcia.
Sin embargo, el fracaso de esta ofensiva hizo que en Madrid y Andalucía el PP se distanciase de los naranja. En Madrid, Isabel Díaz Ayuso se adelantó a cualquier posible jugarreta y dejó a su socio Ignacio Aguado sin vicepresidencia. Adelantó elecciones y las ganó casi por mayoría absoluta, dejando a Cs fuera de la Asamblea de Madrid. En Andalucía, Juanma Moreno aguantó con su socio naranja, Juan Marín, casi toda la legislatura, pero también terminó adelantando comicios y quitándose de encima al incómodo compañero de gobierno.
Así fue como Cs perdió toda presencia relevante, salvo en algunos ayuntamientos, como el de la capital, donde sigue sosteniendo a José Luis Martínez-Almeida en Cibeles con Begoña Villacís al frente.
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