El PSOE sólo habla de lo necesaria que es su reforma propuesta para la ley del 'solo sí es sí', como se conoce popularmente a la Ley de garantía integral de la libertad sexual, su nombre oficial.
Pero los socialistas no terminan de ser conscientes de su problema: que no tiene suficientes apoyos parlamentarios para poder sacarla adelante y evitar así, según afirma, las rebajas de condenas a delincuentes sexuales, "efectos indeseados" de la ley que, considera, es "buena".
Además de conseguir enojo y enorme malestar dentro de la coalición de gobierno con Unidas Podemos, el PSOE tiene que afrontar ahora el reto casi imposible de convencer a otros partidos.
PP y Vox podrían incluso llegar a apoyar la reforma, imponiendo parte de los cambios, pero los socialistas no quieren ni de lejos que se vincule su reforma a un acuerdo con la derecha, porque conseguiría el efecto contrario de cara a las elecciones.
El argumentario y los apoyos
Tanto Pedro Sánchez como sus ministros tienen claro el argumentario: la ley del 'sólo sí es sí' es "buena" en su concepto y espíritu, pero ha sufrido contrapartidas en los juzgados en forma de rebajas masivas de penas e incluso algunas excarcelaciones de delincuente sexuales. Esto desgasta más si cabe la imagen del Gobierno en el electorado, y hacía falta protagonizar un cambio de rumbo en este tema para dejar de erosionar su prestigio entre los votantes.
Pero puede que su solución le salga mal. Algunos aliados parlamentarios del Gobierno han dejado claro que no se posicionarán por una reforma que divida a la izquierda y los postulados feministas. Entre ellos están Esquerra Republicana (ERC), y Más País-Compromís. EH Bildu dejó claro que no le gusta cambiar la ley aprobada y los nacionalistas catalanes moderados del PDeCAT, escindidos de Junts, esperan también un consenso antes de posicionarse.
Ahora mismo el PSOE sólo contaría con el apoyo del PNV, que ve necesaria la reforma para frenar el goteo de estas rebajas de condenas, pero los moderados vascos sólo aportan 6 diputados a esta causa, siendo intrascendentes si no hay más apoyos.
La reforma urgente
La reforma se quiere tramitar en el Congreso por la vía urgente, pero incluso con los plazos forzados, sería imposible que la reforma saliera adelante antes de marzo, mes en el cual tendrían lugar incluso todavía los debates previos a la votación final.
En esa votación se quiere evitar por todos los medios que sea el PP el que preste los apoyos necesarios para sacar adelante la reforma, ya que la ley quedaría marcada y sería rechazada en la calle por los colectivos feministas y de izquierdas, que la tacharían de regresiva.
Así que la única salida realista es seguir convenciendo a Unidas Podemos, porque con su acuerdo se arrastraría luego al resto de formaciones aliadas en la legislatura: ERC, Bildu, Más País... Pero la negociación está rota una ve que los socialistas presentaron por su cuenta y riesgo la reforma en el Congreso, sin esperar a consensuar un texto común con los morados.
Las relaciones no están rotas, pero la convivencia en el gobierno de coalición es cada día más tensa y difícil, y en este asunto de la ley del 'sólo sí es sí' hay poco ya que recuperar en cuanto a consensos. Y entre tanta tensión surge una esperanza: la siempre conciliadora Yolanda Díaz, que pide que las 2 partes del Ejecutivo aparquen sus diferencias y acuerden una reforma que guste a ambos.
Si (
No(
