El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ya cuenta con 179 votos a favor de su investidura tras el pacto con el PNV y Coalición Canaria, así que, su discurso en el Congreso del Partido Socialista Europeo (PES) celebrado este sábado en Málaga se ha centrado en sacar pecho de sus acuerdos, y ha augurado una "legislatura de estabilidad" y de "convivencia institucional".
También ha cargado muy duramente contra una "derecha tradicional", refiriéndose al PP, "parasitada por una ultraderecha" que "exhibe símbolos y proclamas de un pasado que pensábamos superado", en clara referencia a las protestas en los últimos días contra la amnistía de "la ultraderecha más nostálgica de esa cruel dictadura franquista".
Ha acusado al partido de Alberto Núñez Feijóo de ser "incapaz" de "plantar cara" a Vox y le ha pedido "cordura y mesura" porque "avanza en una senda reaccionaria hacia el abismo", además de exigirle que acepte "la legitimidad del gobierno que se formará pronto en España".
Sánchez ha querido calentar los ánimos de cara a las eleciones europeas de junio de 2024, pese a la reciente dimisión del primer ministro de Portugal, Antonio Costa, investigado por corrupción, prevaricación y tráfico de influencias.
El líder español ha sido recibido con una fuerte ovación y gritos de "Pedro, presidente".
Sin referencias a la amnistía
Eso sí, no ha hecho referencia alguna a la ley de amistía pactada con los partidos independentistas y que se registrará la próxima semana en el Congreso de los Diputados, sino que se ha centrado en los "peligros" que acechan a Europa con la ultraderecha. Momento aprovechado para lanzarle un dardo al PP:
"A esa derecha me gustaría dirigirme hoy, al Partido Popular, para pedirles cordura y mesura y para decirles que lo que deben hacer es aceptar el resultado de las urnas, la legitimidad del gobierno que vamos a formar pronto en España, y que tengan el arrojo necesario para decir no al abrazo del oso de la ultraderecha y que abandonen la senda reaccionaria por la que hoy avanzan hacia el abismo", ha exclamado Sánchez.
También ha asegurado que, "con esa fuerza y esa legitimidad que nos da poder acordar con todos", España va a contar "con 4 años más de gobierno progresista, 4 años más de avances sociales, de políticas progresistas y de convivencia".
España como ejemplo para Europa
"España avanza con paso firme y decidido. Y lo va a seguir haciendo en los próximos 4 años sobre la base de un acuerdo para formar un nuevo gobierno de coalición progresista. Un acuerdo que va a caminar para alcanzar el pleno empleo y converger en poder adquisitivo con los países de nuestro entorno. Un acuerdo para fortalecer el Estado del bienestar", ha lanzado Sánchez.
Durante su intervención ha hablado tanto en español como en inglés para señalar que la ultraderecha en nuestro país, desde el 28-M, está presente en el gobierno de 5 comunidades autónomas y más de 130 ayuntamientos, lo que convierten a estas instituciones en plataformas desde las que expandir sus mensajes y políticas de odio".
Y ha añadido que "la derecha tradicional abdica, abraza las formas, los discursos y las políticas de la ultraderecha". Sin embargo, el 23-J, "volvieron a subestimar la fuerza del Partido Socialista. Tan seguros estaban de ganar, como frustrados hoy por esa derrota. Triunfó la responsabilidad democrática sobre la apatía, triunfó la convivencia, la democracia, el progreso frente al retroceso. Convirtiendo a España en un dique en el que se estrelló la ola reaccionaria".
Por eso Sánchez pone la mirada en el 9 de junio, día de las elecciones europeas para hacer hincapié en que "ese día está en juego el futuro de la Unión Europea, qué Europa queremos cuando, en la última década, el apoyo electoral a fuerzas de ultraderecha en nuestro continente se ha duplicado".
Para el líder del PSOE, está claro que la socialdemocracia ese día tendrá que responder si los europeos queremos "un faro de libertad, progreso y derechos humanos en el mundo o una Europa convertida en trinchera de su propia decadencia".
Y ha lanzado un mensaje a la derecha europea: "El problema no es que una derecha parasite y colonice a la otra, el problema es quién coloniza y parasita a quién. Esa es la reflexión que deberían abordar cuanto antes los partidos conservadores del continente", denunció.
"Hoy vuelvo a revindicar el internacionalismo como la savia que alimenta las venas de la socialdemocracia, en un mundo de egoísmos nacionales crecientes, la esencia del combate que afrontamos sólo ofrece una disyuntiva: avanzar o retroceder porque hoy la amenaza de retroceso es real y deben ser los socialistas europeos, los garantes del progreso y la valentía de avanzar. Asumamos ese deber, con lealtad a nuestros principios y fidelidad a nuestras convicciones como socialistas pero, sobre todo, como demócratas", ha concluido.
Si (
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