El IBEX no pudo esta semana mantener su racha de subidas consecutivas y cerró en negativo, aunque apenas cedió un 0,2 por ciento. El lastre fue la caída del BBVA tras el anuncio de compra por parte del banco español del norteamericano Compass. El selectivo, en todo caso, mantuvo los 14.800 puntos desde donde abrirá hoy la sesión y acumula unas ganancias de prácticamente el 5 por ciento en lo que va de año. A la bolsa madrileña la acompañaron en los números rojos el resto de bolsas europeas y lo hicieron al compás de un euro a 1,31 dólares y un barril de petróleo de nuevo en 58 dólares.
La semana comenzó en España con unas confusas declaraciones del presidente de E.On. Bernotat, en rueda de prensa y a preguntas de los periodistas explicó que consiguiera o no el objetivo del 50,1 por ciento de las acciones de Endesa para cambiar los estatutos, básicamente el porcentaje de los derechos de voto, se quedaría en el consejo para intentar cambiarlo una vez dentro. Esto tan sencillo de decir le costó tres preguntas y un aviso final de su asesor de prensa. La decisión de no soltar la presa parece firme por parte de E.On, aunque habrá que esperar a la junta extraordinaria de accionistas del 22 de marzo. No se esperan sorpresas, aunque si recordamos todo el proceso de las operaciones sobre Endesa, no hay que dar las cosas por concluidas al cien por cien. No quiso Bernotat adelantar nada sobre quienes podrían dirigir la empresa, una vez que la alemana se haya hecho con la mayoría de las acciones y sí dejó clarísimo que la sede se quedaría en Madrid. De hecho, comentó que ya se lo había dicho a Esperanza Aguirre en una reunión y que ésta había quedado encantada con la decisión.
En la semana también se han producido diversos avisos de la OCDE sobre la necesidad de la economía española de afrontar algunas reformas, si queremos mantener el ritmo de crecimiento económico, entre ellas el de las pensiones. Sobre este asunto ha habido polémica entre el ministro Caldera y el nuevo asesor del presidente del Gobierno. Un asunto más para la confusión sobre cuánto manda un ministro y cuánto un asesor económico. Todos estos asuntos de calado no parecen afectar a la bolsa española y a la percepción de los inversores que siguen imparables hasta los 15.000 puntos del IBEX. Habrá que ver cuánto aguanta, aunque pocos apuestan por una bolsa al ritmo de 2006.