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Cementerio Civil y Británico

Los cementerios olvidados (I)

viernes 31 de octubre de 2008, 08:53h
Este fin de semana, con motivo de la festividad de los Fieles Difuntos, un millón de personas llevará flores a sus seres queridos en alguno de los 22 cementerios con los que cuenta la capital. Madridiario ha visitado cuatro de los más desconocidos.
A mediados del siglo XIX, vivían en Madrid numerosas familias de inmigrantes procedentes de Gran Bretaña que llevaban años con el deseo de contar con un lugar propio para el enterramiento de sus difuntos. Tras largas y costosas negociaciones, en 1854 la diplomacia británica acordó la compra de un solar por 138 libras donde hoy yacen soldados, hombres de negocios, médicos, periodistas, aviadores, marineros y hasta circenses.

El Cementerio Británico, o ‘de los ingleses’ como se le conoce popularmente, está ubicado en la calle del Comandante Fontanes, en la confluencia de las calles de Inglaterra y de Irlanda, en el distrito madrileño de Carabanchel. En su interior alberga casi 900 cuerpos repartidos en más de 600 unidades de enterramiento, de los cuales más de la mitad pertenecen a individuos con nacionalidad británica, aunque también hay un número importante de norteamericanos, alemanes, franceses, rusos y griegos.

“El Gobierno español quiso hacer presión para que las ceremonias que se celebraran aquí no tuvieran ningún tipo de culto o celebración. De hecho, se conserva una carta del ministro de Estado Pedro Pidal en la que impone una serie de condiciones para la construcción del cementario, como que no se construyera ninguna iglesia o capilla, que los entierros se hicieran sin ritual y que no hubiera ni pompa ni publicidad. Es por eso que en la fachada no hay ningún crucifijo y tiene apariencia de edificio laico” explica David Butler, un británico residente en Madrid desde 1974 que lleva años investigando sobre este camposanto.

Entre los personajes más ilustres enterrados en este desconocido cementerio, destacan tres de los miembros de la familia Parish, creadores del famoso Circo Price. “En 1878 William Parish se casó con la hija de Thomas Price, conocido en la historia del teatro desde 1840. En 1926 fundaron el Teatro Parish, que más adelante pasó a llamarse Teatro Price porque era más fácil de pronunciar en España”, comenta Butler.

Su aspecto sombrío y silencioso, rodeado de árboles, convierten a este lugar en un auténtico cementerio rural inglés que, con el paso del tiempo, se ha visto algo abandonado. "A partir de 1995 un grupo de voluntarios empezó a venir los sábados para ponerlo en orden, pero se trata de una lucha constante contra la naturaleza. Ahora tenemos un jardinero que hace todo el trabajo y la verdad es que se esfuerza bastante", puntualiza Butler y añade que "hay que tener en cuenta que este lugar a sobrevivido a dos guerras mundiales y una guerra civil".

Cementerio Civil
Treinta años más tarde, el 13 de septiembre de 1884, se inauguró, al mismo tiempo que el Cementerio de La Almudena, el Cementerio Civil de Madrid. En sus orígenes, este camposanto se creó para enterrar a las personas que se suicidaban. Se consideraba un lugar de descanso para los que se consideraba 'indignos' de compartir su lápida con el resto de los muertos. Quitarse la vida significaba estar excluidos de ese círculo. Pero los avatares de sus 124 años de historia fueron convirtiendo al Civil en lo que es hoy: el lugar de descanso elegido por poetas, escritores y políticos de tradición republicana.

Nicolás Salmerón, Estanislao Figueras, Pi y Margall, Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Largo Caballero, Arturo Soria, Pío Baroja o Dolores Ibárruri -la Pasionaria-, son algunos de los ilustres personajes, normalmente de izquierdas, que eligieron este cementerio como lugar de descanso eterno.

Gabino Abánades, director de Servicios de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, explica a Madridiario que “desde 1975 este cementerio funciona igual que cualquier otro. Se entierra indistintamente a las personas que lo solicitan, ya sean católicas o no, de derechas o de izquierdas, que se hayan quitado la vida o que hayan muerto por causas naturales”. Sin embargo, su trasfondo romántico e ideológico todavía lo inundan de un matiz más solemne y poético si cabe.

Maravilla Leal González, fallecida el 9 de septiembre de 1884, fue la primera persona enterrada en el Cementerio Civil al suicidarse con tan sólo 20 años.  El rey Alfonso XII asistió al entierro y, así, formalmente, se inauguró el Cementerio Civil, en la parcela más antigua de la Almudena, conocida como de Epidemias. En 1984, el Ayuntamiento rehabilitó la lápida de Maravilla con motivo del centenario del lugar.

Desde su nacimiento, el Cementerio Civil ha sufrido varias ampliaciones. Actualmente, cuenta con casi 15.000 unidades de enterramiento entre sepulturas, nichos, columbarios, panteones y mausoleos repartidos en una superficie de catorce hectáreas. El paseo central, donde se encuentran la mayoría de los personajes históricos, luce un aspecto muy renovado, ya que hace poco se asfaltó, junto con los demás viales.

Y aunque es cierto que en los últimos años se ha denunciado la situación de abandono de este camposanto, Abánades explica que “el deterioro existe únicamente en las unidades de enterramiento, cuya responsabilidad de conservación no pertenece ni al Ayuntamiento ni a la Empresa Mixta de Servicios Funerarios, sino a los  familiares de los que allí están enterrados”.
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