Rubalcaba afirmó a
Onda Cero que no entiende la controversia, ya que
"todo el mundo sabe que 'Txeroki' cambia de aspecto continuamente", y que
"quien piense que si estuvo en Capbreton no cambió después de aspecto, no sabe de qué está hablando", refiriéndose al posible menoscabo de la investigación francesa con la publicación de la mencionada foto.
"Algunas -filtraciones- sí que pueden plantear dificultad e intento cortarlas radicalmente. De ésas se habla poco. Hubo una especialmente fastidiada antes de la detención de 'Txeroki'", reveló, para reconocer que, en general, todas "son deplorables" y que no le gustan "un pimiento".
Interior no cree que ETA se haya reorganizado ya
El ministro afirmó creer que en la actualidad ETA carece de
"un aparato bis, un escalafón" que antes le permitía,
"cuando caía el número uno, tener otro por la tarde", por lo que existe la posibilidad de que aún no se haya producido el relevo de '
Txeroki'. Sin embargo, recalcó una vez más que la Guardia Civil y la Policía
"ya están detrás del sustituto, porque la sustitución se producirá más tarde o más temprano".
Respecto al nombre del posible sucesor del etarra publicado en algunos medios de comunicación, Aitzol Iriondo, Rubalcaba aseguró que es algo que él no ha dicho. "Mucha gente ha pasado en 50 años por la lucha antiterrorista, por lo que hay un mundo de expertos y muchas informaciones, pero la gran mayoría no parten de mi boca", reiteró.
El ministro explicó que la condena que el detenido cumpla en Francia se sumará y acumulará a los años que posteriormente cumpla en prisión en nuestro país, donde "se paga más caro".
Asesinato de Capbreton
Por otro lado, reveló que su inculpación como autor material del doble (Francia) aún es un "tema oscuro", existiendo la "confesión de un presunto etarra", pero en el que "aún hay que trabajar más". "Con esa confesión no es posible imputarle esos delitos, al menos en el grado de ejecución", reconoció, para añadir que sí existe "la responsabilidad de quien se sabe que ordenaba todo en ETA", es decir, su implicación por la dirección de un grupo con el objetivo de preparar un acto de terrorismo.