No sé si es cierto pero tiene toda la pinta de serlo.
Los pilotos englobados en el sindicato SEPLA están haciendo una huelga de celo encubierta para presionar en la negociación del convenio vigente, según denuncia la propia compañía aérea Iberia.
Desde hace una semana se están cancelando vuelos y se producen sospechosos retrasos en algunas operaciones con el consiguiente perjuicio para los pasajeros y también para la propia compañía aérea.
Da la sensación de que a un sector profesional privilegiado y muy bien pagado como es el de los pilotos, una vez más se la suda lo que le pase a los demás. Ellos van a lo suyo y ante esta crisis han debido pensar que la sufran otros y si no que hubieran estudiado.
La falta de sensibilidad social, de responsabilidad y de sentido común en un momento de una grave crisis económica sin precedentes puede hacer que algunos de estos huelguistas encubiertos acaben en la cola del INEM, pero no son los únicos.
Aquí en España si quiere uno tener garantizados unos buenos ingresos pase lo que pase o se es piloto o compositor o cantante (bueno, a veces también político del partido que sea, que no hay color ideológico para eso del trinque).
En un momento en el que resulta dramático para millones de personas llegar a fin de mes, que cada día cierran nuevas empresas, y que las perspectivas para quienes aun tienen trabajo son tan negras como lo fueron para quienes lo han perdido, unos piden más en el convenio y otros acrecientan su voracidad recaudatoria por iglesias, salas de bodas y saraos festivos de toda España.
Yo no sé si alguno de estos conoce el cuento de la gallina de los huevos de oro, pero ellos tienen los huevos de plomo y acabarán arrastrándolos por el barro cuando ya no haya nada que arrascar, por más que con una de sus manos hagan el gesto de la ceja.