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Madrid Ciudad Olímpica - 2016 (II)

Madrid Ciudad Olímpica - 2016 (II)

miércoles 24 de diciembre de 2008, 14:59h

Para ejercer el derecho a la crítica de cooperación, voy a recordar a las autoridades municipales algunas de las “asignaturas pendientes”, relacionadas con la imagen de la ciudad, su habitabilidad y la elección del Comité Olímpico Internacional (COI). Constituyen una Colección de Observaciones y Sugerencias. Me refiero a sus calles y al defectuoso estado generalizado de las aceras peatonales en relación al de las calzadas de circulación de los automóviles, perfectamente asfaltadas. Durante años se ha concedido una atención municipal prioritaria al automóvil, en relación al ciudadano peatón, que vota en las selecciones y se enfada cuando se tuerce un tobillo ante una falta de baldosa en el deteriorado pavimento. Rotura del tacón del zapato de mujer al pisar un suelo de adoquines mal colocados con ranuras, en las salidas de garajes, estaciones de servicio de gasolina o delante del Auditorio de Príncipe de Vergara, etc, convierte en desagradable y a veces peligroso algo tan grato como siempre ha sido caminar por las calles madrileñas.

Como anécdota, citaré que creo recordar sucedió en la calle Mesón de Paredes, durante los pasados meses de abril o mayo, cuando un joven peatón tropezó con un adoquín levantado, poco tiempo después de haber sido arreglada esa zona. Irritado cogió el adoquín y fue a mostrarlo a las oficinas del distrito del Ayuntamiento de la zona. No sé cual fue el resultado de su protesta. Pero meses después el agujero del adoquín “seguía en su sitio”. ¡Mantenimiento deficiente¡

Si los árboles de las aceras tuvieran rejilla protectora o tierra porosa, se evitaría pisar los cuadrados con profundo desnivel en la tierra del árbol. Además estrechan la acera y se convierten en basureros de colillas y papales. La solución es sencilla, Madrid se merece otro suelo con aceras lisas, sin adoquines, que se pueda transitar por todas sus calles sin necesidad de ir mirando donde se pisa en cada instante o si viene un ciclista que siempre aparece de repente. La seguridad ciudadana de circular por las aceras es un derecho y la autoridad municipal debe garantizarlo.
 Otra gran “asignatura pendiente” son los ciclistas circulando por las aceras de los peatones. Aumenta cada día el número de ciclistas que invaden las aceras a cualquier hora del día y de la noche, y no se aprecia lo impidan los policías municipales. A mí me han atropellado dos veces. La segunda, más grave y dolorosa, caí al suelo y el joven ciclista me espetó ¡apártese, coño, viejo! Y salió huyendo. Estuve una semana dolorido, afortunadamente sin rotura de hueso. El problema de los ciclistas que circulan por las aceras tiene muchas causas. ¿Es una protesta subliminal  al creer no disponen de tantos carriles bici como en algunas ciudades europeas? Es posible. Pero el Alcalde, en la entrevista antes mencionada, ha explicado que Madrid tiene una M 30 ciclista que da la vuelta a la ciudad. “Lo que nos falta ahora es conectar ese anillo con el resto de Madrid y en todas las obras nuevas que abordamos estamos incorporando ya el carril bici”. Ante esto, nada que objetar, felicitar al edil por el deseo de dotar a la ciudad con un carril bici. Pero en un orden de prioridades, los primeros que deben ser atendidos son los peatones. El carril bus construido para agilizar el tráfico y facilitar el trasporte público de “peatones temporalmente motorizados”, parece  no debe ceder tampoco su espacio al carril bici.

Estos problemas dan muchos quebraderos de cabeza al gobernante municipal, recordemos que la apertura de la Gran Vía, hoy ancha, luminosa y convertida en referente madrileño, provocó la destitución del Alcalde, que había tenido que derribar varias calles estrechas y sus edificios. Medida antipopular en su momento. Otra cuestión del problema es que las autoridades municipales permiten que las bicicletas, tanto las normales de pedaleo como las eléctricas con batería que alcanzan 60 kms por hora y otros ciclomotores, puedan circular sin la debida señalización luminosa o reflectante tanto delante como detrás de la bici. Sin matrícula y sin posible identificación.

Recuerdo mi primera bicicleta al empezar el bachiller en Zaragoza en 1930. Tenía faro delantero, reflectante trasero, timbre y matricula. Y no circulábamos por la acera. Es grande la responsabilidad de los fabricantes que venden ahora las bicicletas sin señalización (se imaginan el caos si eso ocurrieran en las motos, el Hospital de Parapléjicos de Toledo sería insuficiente). También incide en el problema, en algunos casos, la irresponsabilidad paterna que permiten a niños montar en bicicleta sin su directa vigilancia, por no tener ninguna idea de las normas de tráfico. Y los jóvenes y adultos que aún sabiendo deben circular por la calzada, quebrantan la norma y si algún peatón les hace ver su irregularidad le suelen contestar mal o no responden, pero siguen su camino por la acera. La Policía Municipal suele brillar por su ausencia ante esta falta de respeto del derecho de los ciudadanos y no impone las multas de 30 euros, como ocurre por ejemplo en Barcelona. El celo de los controladores de los parquímetros de automóviles resalta en su eficacia en las multas, cuando el usuario va en busca de cambio para introducir monedas en el parquímetro. Al volver al coche para dejar el tique, dos minutos después, se encuentra con una multa de 90 euros. (tengo los comprobantes) Los carriles de bicicletas construidas en las aceras quitando espacio para los viandantes, es una muestra de “abusos de autoridad” hacia los peatones, a los que se considera deben continuar con el adjetivo de “sufridos peatones”, aun cuando pisen excrementos de perro que sus dueños no se han dignado retirar de las aceras.

Facilitar la localización de las placas de rotulación de las calles difíciles de leer por su colocación, y los números de las casas, que no existen en los grandes edificios, son modificables. Los números tienen pequeñas dimensiones, no están normalizados y no son bien visibles especialmente de noche, para “tormento de taxistas” y de los pasajeros que observan como salta el taxímetro durante una búsqueda laboriosa y bastante costosa en tiempo de crisis. Los taxistas ya han aceptado no recibir propina. Las paradas de autobuses deberán tener visible su nombre del itinerario. Contar todas con indicador de los minutos que faltan de llegada del próximo autobús (igual que en el metro). El Servicio de Información del Ayuntamiento (11875 – 11880) es mejorable: que sea gratuito y de no prolongada espera. “Nuestros operadores están ocupados…”

Estas y otras mejoras contribuirán a conseguir que el COI declare a Madrid sede de los Juegos Olímpicos 2016, por cumplir todas sus exigencias y además ser una ciudad ecológica, abierta, alegre, acogedora, cosmopolita, culta, turística, simpática, con movida callejera, luminosa y segura. Y con ciudadanos que quieren a su Ciudad.                                   

 Madrid Ciudad Olímpica - 2016 (I)

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