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La Navidad conquista a China cada vez más internacional

La Navidad conquista a China cada vez más internacional

jueves 25 de diciembre de 2008, 00:17h

China, el país donde se fabrican gran parte de los juguetes que Papá Noel y los Reyes Magos de Oriente llevan a Occidente y prácticamente todos los adornos navideños, celebra cada vez con mayor entusiasmo esta fiesta, y 2008, el año más internacional para el país asiático, no podía ser una excepción.

Pocos restaurantes y tiendas en ciudades como Pekín renuncian a decorar con "papanoeles" de cartulina, espumillón y bolas "made in China" sus entradas, mientras que los muchos centros comerciales de la capital tiran la casa por la ventana y colocan grandes árboles navideños.

El espíritu navideño domina el mes de diciembre en China, un país donde menos de 1 de cada 100 habitantes se confiesa católico y pocos conocen el trasfondo religioso de la fiesta occidental.

"Para nosotros es una buena excusa para salir y divertirnos, porque las fiestas chinas son pocas y demasiado tranquilas", cuenta a Efe Xiaoqian, una joven escritora de Pekín.

Y es que son los jóvenes los que celebran con mayor entusiasmo la Navidad: en Nochebuena, aunque al día siguiente tengan clases e incluso exámenes, los estudiantes van a la discoteca con gorro de Papá Noel, se hacen regalos e incluso alguno se acerca a las iglesias católicas de la ciudad para saber qué es eso de la Misa del Gallo.

Los jóvenes pequineses, que también se apuntan al Halloween en noviembre o al día de San Valentín en febrero, consideran que las fiestas occidentales tienen un toque moderno, transgresor y "cool" que les falta a los festejos tradicionales chinos, más familiares y donde la única salida de tono son los fuegos artificiales.

Por contra, los chinos de anteriores generaciones siguen reticentes a celebrar la Navidad, que consideran una fiesta ajena: Song Yingying, farmacéutica de 40 años, reconoce que cuando era más joven "sí celebraba con sus compañeros de la universidad la Navidad", pero que ahora sólo la nota por la decoración de la calle.

La Navidad es también sinónimo de negocio en China, país donde se producen cerca del 80 por ciento de los juguetes que se venden en Europa o Estados Unidos: la industria juguetera, golpeada por la caída de la demanda en esos mercados, confía en que esta festividad salve sus negocios tras un mal año.

"Este negocio no debería sufrir tanto ante la crisis. Los padres están dispuestos a gastar menos en otras cosas, pero no en juguetes: sus niños sólo son niños una vez en la vida", aseguraba a Efe la secretaria general de la Asociación China de Juguetes, May Liang, quien confiaba en unas Navidades salvadoras para un sector donde se han cerrado ya miles de pequeñas fábricas.

Pese a todo el ambiente navideño que rodea a Pekín, y también a otras grandes ciudades chinas como Shanghai y Hong Kong, en las provincias y el mundo rural esta fiesta pasará totalmente desapercibida, una muestra de las grandes diferencias entre la China oriental, más globalizada, y la interior, aún muy tradicional.

En uno y otro "mundo" sí se guardará fiesta, sin embargo, el día 1 de enero, pues los chinos celebran el inicio del año dos veces, una para el occidental y otra para el del calendario lunar tradicional (en 2009 será el 26 de enero).

Y en la "Nochevieja" del 31 de diciembre no habrá campanadas ni uvas, pero sí el tradicional mensaje televisivo del presidente, Hu Jintao, quien dará un repaso del año 2008 -cargado de noticias buenas y malas para China- y pedirá a los ciudadanos que trabajen para conseguir una "sociedad armoniosa" en el año venidero, regido por el signo del buey.


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