Quizás no había otra manera de hacerlo, porque una medida tan discutida y polémica como ésta o se toma de golpe, o no se adopta. Pero mandar al asesino etarra José Ignacio de Juana Chaos a su casa como hoy va a hacer Instituciones Penitenciarias, 'manu militari', supone saltarse a la torera el clamor de la concentración de la AVT --tumultuosa, que no tan multitudinaria como otras movilizaciones anteriores--, del pasado sábado, y el criterio de la oposición, a la que el presidente Zapatero 'ningunea' constantemente.
Las críticas de la mayoría de los comentaristas de las distintas radios --salvo la Ser, claro, a la que se 'filtró' anoche la noticia-- son generalizadas. La prensa no ha reaccionado aún en sus comentarios, pues la hora a la que saltó dicha noticia sólo permitía incluir la información, sin editoriales. Salvo Abc, cuya edición de Madrid califica la medida como una 'grave responsabilidad de Zapatero'.
No voy a condenar la decisión, aunque por mí ya se hubiera podrido en la cárcel. Pero nos guste o no --y a mí me repugna--, lo que hay que tener en cuenta es que se atenga escrupulosamente a la legalidad vigente. ¿Se atiene esta medida escrupulosamente a la legalidad vigente?
Lo cierto es que éste es un paso importante del Gobierno, un 'gesto' hacia ETA de cara a la continuación del proceso de paz. Gesto que muchos observadores califican de 'claudicación'.
Pero, ¿cuál era la alternativa? ¿Dejar a De Juana en su encierro hospitalario-carcelario, exponiéndose a más altercados como los que ha provocado este fin de semana y a que se muriera como consecuencia de su huelga de hambre? Ya lo han advertido varios políticos, algunos de ellos socialistas, sí, pero tan poco sospechosos de ser 'blandos' con los etarras como el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra: sería dar a los terroristas un 'mártir'. Algo evidentemente indeseable.
Falta saber, no obstante, si De Juana abandonará ahora, y ya definitivamente, esta huelga de hambre. Recordemos que dijo que no lo haría si no quedaba 'libre' y, aunque en su casa, o en el Hospital de Donosti, donde parece que lo han mandado, va a seguir vigilado.
Ahora falta el 'segundo paso' del Gobierno, o 'exigencia' de ETA: la presentación de Batasuna a las elecciones de mayo, sea bajo la denominación o 'marca' que sea. Algunos lo dan por hecho.