Y un huevo duro más

Este preámbulo vienen a cuento de la actitud, insultante a la inteligencia, indigente intelectualmente, del concejal candidato del PP, Iñigo de la Serna, en su posición con respecto a la integración del espacio ferroviario en el tejido urbano de Santander. De la Serna pretende aparentar que es nuevo en esta plaza.

Pero su partido en concreto y la derecha en general lleva desde 1979 gobernando la ciudad. En todo ese tiempo ni un duro, ni un proyecto, salvo maquetas universitarias que los populares ignoraron.

Nulo énfasis de la derecha por la desaparición de la frontera ferroviaria que separa el Cabildo de Arriba de las calles Castilla y Marqués de la Hermida. Tampoco el centro derecha o la derecha cuando gobernó en España en los períodos 1977-1982 y 1996-2003 hicieron nada por acabar con el costurón ferroviario que parte la capital de Cantabria en dos desde las Estaciones hasta La Remonta.

Pues bien, ahora que las administraciones estatal, regional y municipal se han puesto las pilas, llega De la Serna y pide un huevo duro más. Su brindis al sol resultaría patético sino fuera porque, estando como estamos en época electoral, un ejercicio de demagogia puede hipotecar el futuro de un buen proyecto. Mejorable, sin duda, pero infinitamente superior a la nada existente.

Puede ocurrir que ante las dudas, las discusiones y los imperativos de un concejal sobrado, Fomento decida poner en marcha otros proyectos en otro lares. Claro que entonces el reivindicativo edil popular siempre podría ilustrarnos con un capítulo más del discurso victimista sobre del abandono en el que el Gobierno socialista tiene a Cantabria. ¿Música celestial? No, mera pachanga electoral.