¿Estamos locos o qué?
César Vidal juega a ser Dios
martes 20 de enero de 2009, 12:46h
No me digan que España no es un país peculiar, no me digan que no somos la pera. Sí, sí, estaremos a la cola de muchas cosas pero también es verdad que somos primeros en otras. Por ejemplo en el consumo de cocaína. Algo es algo, ¿no? Y también lo hacemos como nadie sólo que no hay tablas para medirnos el criticar. Eso se nos da de vicio. Nos amparamos en el artículo 20 de la constitución y soltamos por nuestra boquita lo que nos venga en gana. Y si bueno, de paso insultamos, pues tampoco pasa nada, vamos a los tribunales que tienen poco que hacer y ponemos querellas que para eso están.
Yo no soy oyente de la Cope. A mí, como dice mi amiga Elena, me gusta el líder que es Carlos Herrera. Tampoco soy de escuchar la radio por la noche, con lo cual pocas veces he escuchado a César Vidal. Alguna vez yendo en el coche haciendo zapping lo he pillado y como, las cosas como son, tiene una voz preciosa, me he quedado enganchada pero la adición me ha durado poco. Pero aún así, sé cómo piensa y cómo se las gasta. Es quizás más duro que Federico Jiménez Losantos que, como se embala termina por hacerte hasta gracia. Pero Vidal tiene otro tono más pausado que me recuerda un poco al de los que van por la vida pidiendo cuentas a todo el mundo. Me recuerda a un monje de 'En el nombre de la rosa' haciendo todo lo malo a escondidas y luego predicando a los demás, látigo en mano.
Resulta que le ha recomendado a Pedro Solbes que para pasar mejor a la historia estaría bien que se suicidara. Hombre, Solbes no es precisamente un ministro beneficiado por los actuales acontecimientos. Es verdad que no es tampoco la mejor compañía para ir a un tablao flamenco pero, ¿qué quieren qué les diga? De ahí a suicidarse hay un trecho bastante enorme. Este César Vidal qué exagerado que es, ni que fuera andaluz.
Pero no voy a hablar de Solbes que bastante tiene con lo suyo, sino de don César. Recuerdo que en mi época de editora almorcé una vez con él y salí del restaurante con la sensación de haber comido con un hombre del siglo XIII. Reconozco en él una vasta cultura y reconozco también cómo ésta puede ser manipulada. Así que ojo con los que te sueltan datos sin parar. Demuestran una cosa, que saben muchos datos pero no demuestran que tengan razón. Es importante diferenciar esto.
Tiene una concepción de la familia tradicional lo que es absolutamente respetable pero, y no me digan por qué, tiene una obsesión con los homosexuales que no es ni racional ni normal. Diría que le dan hasta miedo y la verdad, no sé por qué. Con decir no es suficiente, ¿verdad? Eso hacemos las mujeres con los hombres que no nos gustan y no os odiamos. Fíjense si soy mal pensada que me da por creer que les tiene miedo porque teme decir que sí y que le guste. Pero no me hagan caso, soy muy mal pensada.
Su odio hacia la izquierda es tan visceral que raya lo paranormal porque digo yo que algo tendrá de bueno (la izquierda). Pero él desde su púlpito las suelta todavía más afiladas que el locutor de la mañana. No deja títere con cabeza. Bueno, en realidad es el típico buen cristiano que va dejando su huella de paz, amor y bondad allá por dónde va.
Pero como veo que entre tanto dato que maneja se pierde, le voy a recordar uno que es importante y se lo digo de católica a católico: Señor Vidal, para empezar decirle que suicidarse es pecado e inducirlo más y está castigado con los infiernos (ríase usted del que vive ahora con ZP comparado con lo que le espera si Dios le castiga) Haga usted acto de contrición y propósito de enmienda, confiésese y a comulgar. Ah y no se olvide pedir públicamente perdón a Solbes. Hágalo porque si no me voy a enterar de a qué Iglesia va usted y voy a mirar si comulga en pecado mortal que está muy feo.
Y recuerde que lo que pasa en la tierra es voluntad del Señor, no de la suya, y ya Dios llamará al señor Solbes a su lado cuando él lo estime oportuno. No me juegue a ser Él que luego tenemos los disgustos que tenemos y pasa lo que pasa.
Y un único deseo: que encuentre usted tanta paz como deja.