La Audiencia condena al ultra Santos Mirasierra a más de tres años de prisión

En una sentencia hecha pública este jueves, la Sección Tercera desestima el recurso de apelación de Santos Mirasierra contra la sentencia condenatoria dictada por el Juzgado de lo Penal número 20 de Madrid. La juez le condenó como responsable en concepto de autor de un delito de atentado a agentes de la autoridad con uso de instrumento peligroso en concurso ideal con un delito de lesiones, así como autor de una falta de lesiones.

La magistrada consideró probado que el aficionado francés se encontraba en el vomitorio donde se lanzaron asientos a los agentes que estaban en los pasillos interiores de las gradas. No obstante, recalcó que no se podía probar que fuera Santos Mirasierra quien lanzó la silla a un policía.

El abogado Erlanz Ibarrondo, que defiende a Santos Mirasierra, apeló la sentencia al entender que no estaba acreditado que el hincha francés hubiera lanzado una silla al agente que resultó herido. Fundamentó su recurso en la ausencia de una aportación causal al lanzamiento de la silla, en base a lo que establece la jurisprudencia del Tribunal Supremo en estos casos. En declaraciones a Europa Press, Ibarrondo se quejó de que se le condene sólo por "no excluirse de la conducta agresiva" del grupo que propició los incidentes.

"Soy un ultra, pero no un hooligan"
Santos Mirasierra, que fue detenido tras el encuentro, se enfrentaba a la petición fiscal de ocho años de prisión. Se pedían cuatro años por el delito de desórdenes públicos, y la prohibición de entrada en los estadios de fútbol por un tiempo de tres años, y otros cuatro por el de atentado en concurso con un delito de lesiones.

En el juicio, el ultra francés aseguró que su "intención era colaborar" con la Policía, negando en un principio haber empujado a un policía en la grada del Calderón.

Sin embargo, luego confesó que le empujó "para proteger a una mujer", que estaba herida, y que posteriormente declaró en calidad de testigo, reafirmando las palabras del francés. "Soy un ultra, pero no un 'hooligan' ni un animal. Soy inocente y el Olympique es mi vida, mi energía", dijo en su turno a la última palabra.