La teoría de las cuerdas

Aunque quisiéramos, el título de esta columna no tiene nada que ver con esa monumental teoría matemática del mismo nombre. Tiene que ver con algo más terrenal, más “limítrofe”, con un tema que este gobierno, con cierta prensa complaciente se esfuerza en ocultar.

Desde el alba del gobierno de García Pérez se notó un sobreactuado discurso a favor del comercio con Chile. Decía el presidente y decía su Canciller que el tema de los asuntos pendientes con el país del sur, en materia de límites, debían tratarse por cuerda separada. En su lógica ingenua las cuerdas separadas eran los asuntos comerciales por un lado y los temas fronterizos por otro. El inmenso poder económico chileno en nuestras tierras y su tremenda influencia en la prensa y la política nos vendió este concepto como la situación ideal. Columnistas y analistas felicitaron al presidente García y a su canciller por tan brillante iniciativa. Ello iba a permitir que se firmara un TLC con Chile, un tratado nefasto para nuestros intereses, que a pesar que sólo les convenía a nuestros atrevidos vecinos era vendido por estos periodistas como “bueno para nuestro país”. Las cuerdas separadas, el trato diferenciado para temas encontrados, era la estrategia ideal, única que nos iba a llevar al desarrollo. Hubo políticos que se enfrentaron a este absurdo. Que indicaron con dignidad que los temas comerciales y limítrofes no se pueden tratar por separado, que eso es lo que mas conviene a Chile. Pero ¿qué pasó con ellos? Fueron silenciados cuando no atacados por un sector de la prensa que definitivamente está influenciado por los intereses económicos chilenos.

Pero llegó el día en que le tocó hablar al canciller chileno Foxley. Y le tocó hablar porque un grupo de peruanos obligó al canciller peruano a defender nuestra posición en cuanto a límites. Y Foxley ¿qué dijo? Lanzando una bofetada en la cara a la política diplomática del presidente García dijo que para Chile el asunto comercial y el asunto limítrofe no son temas que se deban tratar por separado. Que si Perú insiste en su posición respecto al mar de Grau, pues Chile no impulsará sus proyectos comerciales con nuestro país. Se burlaron de la debilidad de nuestra cancillería, se burlaron del gobierno de nuestro país. Y nuestra prensa, sobre el tema no dijo nada. O influenciada por el gobierno o influenciada por el poder económico chileno, lo cierto es que el tema se acalló. Si nos enteramos fue por Internet. Como se entenderá para Foxley no existen las cuerdas separadas. Ellos saben negociar, defienden intereses de Estado, nosotros no, desandamos lo avanzado por la Cancillería en los tiempos de Toledo.

Esto se debe denunciar. Denunciarlo exigiendo que no solo tenemos que ir a La Haya sino declarando inconstitucional el TLC con Chile. Y en el camino exigirle al Ministro de Defensa que haga la cartografía con nuestros límites marítimos. Eso no corresponde a la Cancillería como ha declarado recientemente. La cartografía de nuestros límites es el punto inicial de la defensa del Mar de Grau.
Juan Sheput (Perú). Ex ministro de Trabajo.