Casi todas las opiniones coinciden:
Rajoy estuvo bien en el debate

parlamentario, aunque nada de lo que dijo consiguió torcer el diagnóstico sobre la crisis que traía escrito
Zapatero. ZP tampoco estuvo mal. Desde que
Obama llegó a la Casa Blanca, el presidente del Gobierno ya no le echa la culpa de la crisis a los banqueros de los Estados Unidos y admite que amén del contagio global, la recesión tiene algunos componentes exclusivamente españoles. Fue la única novedad. Lo demás, es conocido: pase lo que pase, los parados tendrán cobertura de desempleo (mientras haya dinero, habría que añadir). De ahí no le sacan porque de ahí no puede salir: ni él ni
Solbes, ni
Sebastián, tienen la receta para encarar la crisis más allá de lo conocido con la subvención a los ayuntamientos, el colchón a los bancos y esperar a ver sí escampa....dentro de un año, que pueden ser dos y ¡ojalá¡ que no sean tres porque hay quien (
Bill Gates) habla de que podrían ser cinco.
En fin, que la única idea luminosa -en el sentido literal del término- es que no habrá hogar sin bombilla según lo prometido por el ministro de Industria. Tener a mano una luz siempre será bueno aunque sea para cotejar las estadísticas del desempleo y ver sí Rajoy tiene razón cuando dice que en Europa, nueve de cada diez parados son españoles, atroz realidad que ZP niega porque negar la realidad adversa es una de las constantes de la política desde los tiempos de Alcibíades .Ya digo que lo peor del debate es que se ha quedado en eso: en un buen debate que, por desgracia, no creará un solo puesto de trabajo. Y en eso estamos.