Bien está el periodismo de investigación o, en este caso, la información propia. Por eso son, por una parte, dignas de aplauso las noticias que este viernes presentan
El País y
Público. Ahora bien, otra cosa muy distinta es que se den en titulares en portada con la intencionalidad desbocada que persiguen.
En el caso del diario de Prisa, se comenta que
Camps que habló por teléfono con su sastre madrileño
“varias veces” mientras éste declaraba ante la Policía por su implicación en la trama. Esas llamadas quedaron registradas porque el teléfono del sastre está pinchado, intervenido, por orden judicial. Recuerden que el nivel de implicación es nimio: la red de corrupción habría pagado parte del vestuario del presidente de la Generalitat valenciana.
Por su parte,
Público la monta en su portada. Literamente, con un montaje a toda página en la que informa de que el pasado viernes 20, cuando salieron las informaciones comprometedoras para Camps, éste organizó una cumbre de urgencia con dirigentes del PP cercanos a su persona. Entre ellos estaban la alcaldesa de Valencia,
Rita Barberá, y los diputados
Michavila y
Juan Costa. Más llama la atención la presencia del vicepresidente del CGPJ,
Fernando de Rosa, aunque esto ya se publicó durante los últimos días.
Ninguna de las dos cosas que se publican sobre Camps es para hacer titulares de portada ni, por supuesto, son actos delictivos o denunciables. Son reuniones y llamadas que llegan después de que a Camps se le quisiera involucrar, sin especificar si estaban en el sumario y sin que el juez
Garzón lo haya confirmado, en la trama de corruptela.
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