El PNV gana, pero Patxi López puede ya soñar con la Lehendakaritza

Sorpresa ha supuesto el excelente resultado logrado por Aralar, de 1 a 4 escaños, para una formación “independentista” liderada por el navarro Patxi Zabaleta, ya que su ámbito de actuación es, además del País Vasco, también el de Navarra, y cuya cara visible en estas elecciones ha sido Aintzane Ezenarro, candidata a lehendakari y única parlamentaria de esta formación en la cámara vasca en la anterior legislatura.

Si, en el 2.001, 80.000 votos de la izquierda abertzale, ante la abstención propugnada por Batasuna, se fugaron a apoyar a Ibarretxe para evitar la victoria del frente españolista que encabezaron Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros, en esta ocasión una buena parte de ellos ha decido apoyar a Aralar, la opción independentista radical nacida de una escisión de la propia Batasuna y que defiende las vías no militaristas para lograr la independencia de Euskal Herria. Aralar ha contado con una buena candidata, una mujer joven y con experiencia, que ha hecho una excelente campaña centrada en dirigir sus mensajes al sector independentista, aleccionándoles sobre las ventajas de utilizar únicamente las vías políticas para lograr sus objetivos, al tiempo que hacía una permanente llamada a la unidad entre las formaciones nacionalistas.

Fracaso de la izquierda abertzale, el voto nulo se sitúa en el 8,8%

Además, el voto nulo propugnado por la izquierda abertzale radical, siendo generosos y atribuyéndoselos todos los escrutados, se ha quedado en el 8,8 %. Si lo comparamos con el peso electoral que la anterior marca electoral, la del Partido Comunista de las Tierras Vascas, que el entorno de ETA tuvo en las pasadas elecciones, del 12,40%, la lectura que hay que hacer no es otra que la de constatar una importante bajada también de apoyos para este mundo.

Este dato, unido a los resultados logrados por Aralar, permite señalar que el entorno abertzale ha tenido un comportamiento de evidente distanciamiento de las directrices dadas por ETA.

ETA y la izquierda abertzale condenados al autoexamen

Sin lugar a dudas, la izquierda abertzale está llamada, tras estas elecciones y vistos los resultados, a hacer un profundo análisis de la realidad, y hasta la propia ETA a hacer lo propio. La primera para tratar de reubicarse en el panorama político vasco. La banda terrorista para afrontar, de una vez por todas, su definitiva desaparición y no arrastrar definitivamente al abismo de la nada a la izquierda abertzale.

Sorpresa también la de esta noche por la abultada pérdida de escaños de Eusko Alkartasuna, que se quedaría con dos escaños, después de haber tenido 7 en la pasada legislatura yendo en coalición con el PNV. También ha sufrido un ligero descalabro el otro socio del tripartito que ha gobernado el País Vasco en los últimos años, Ezker Batua-IU, que se deja un parlamentario y pasa de tener tres a dos. Finalmente, la otra novedad que nos ha dejado esta jornada electoral la ha protagonizado UPD, el partido de Rosa Díez, que finalmente sí estará en la Cámara de Vitoria con un representante por Álava.

Cabe también destacar, además, que los buenos resultados del PNV, 30 escaños, se deben en parte y, además de la notoria movilización a favor de Ibarretxe de su espectro sociológico, al efecto que el partido mayoritario tiene siempre sobre las formaciones menores en todo gobierno de coalición. Este efecto ha funcionado y el PNV se ha beneficiado de la acción de gobierno del tripartito saliente en detrimento de Eusko Alkartasuna y de Ezker Batua-IU. EA ha perdido cinco escaños y Ezker Batua dos.