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Abajo los chiringuitos

Abajo los chiringuitos

domingo 05 de abril de 2009, 16:43h
Cuando el Banco de España se carga todas las previsiones del Gobierno y dice que llegaremos casi al 20 por ciento de parados, que el PIB caerá un 3 por ciento y que las previsiones para 2010 son también negativas, el Ministerio de los Tres Ambientes prepara una norma para prohibir los chiringuitos en las playas. En serio. Cuando Solbes, en un arranque de lucidez señala que no hemos llegado al fondo de la crisis y que eso “se producirá previsiblemente en el segundo trimestre… en el tercero o en el cuarto porque es muy difícil hacer previsiones (sic)”, el Gobierno está preocupado por el impacto ambiental de los chiringuitos en las playas españolas. Al principio pensé que se trataba de los “chiringuitos financieros”, pero no, son los de las playas. Y lo entiendo, ese es uno de los graves problemas de la economía española y es posible que atente no sólo contra el medio ambiente sino contra las normas de competencia y no sé qué más. Por eso no funciona la economía española, seguro.

Por eso, si usted tiene la suerte de irse unos días de vacaciones a la playa en esta Semana Santa, mire con cariño los chiringuitos de la playa, tanto si están ya abiertos como si siguen cerrados, porque a lo peor, este verano ya no están. Si es así, ya no verá usted cómo por la mañana sale la pequeña barca a pescar y, luego,  usted se come un pescadito fresco. Ni podrá ir a tomarse una cervecita y unas sardinas, ni comer en bañador mirando al mar, ni ver con tranquilidad que sus hijos se van a comprar un  helado sin salir de la playa. Tendrá usted que vestirse, tal vez coger el coche… Pero habemos salvado las playas. O eso dicen.

Tampoco importan los miles de puestos de trabajo que significan los chiringuitos ni que estos lugares sean uno de los grandes atractivos turísticos de las playas españolas y que algunos lleven décadas haciéndonos más suave y atractivo el verano. Hagan ustedes una encuesta y verán que todos recordamos un montón e chiringuitos en los que hemos pasado momentos inolvidables. Estábamos equivocados. 

Ignorante como soy, nunca había pensado nunca que los chiringuitos eran un peligro público tan grave. Menos mal que tenemos gobernantes que piensan por nosotros y buscan siempre nuestro bien. Es posible que no estén en todos los pequeños detalles –como la crisis económica, las medidas para crear empleo, el apoyo a los autónomos, las medidas para conseguir que el INEM sirva para algo, etc.- y que se hayan contagiado de esa fiebre que tienen algunos gobernantes de prohibir todo a los ciudadanos, pero, gracias a ellos vamos a salvar las playas de los chiringuitos, ese terrible peligro que nos acecha. ¡Si no fuera por ellos… ¡
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