Hace un poquito más de una década que el artículo “Un caudillo con la cara pintada”, del conocido periodista Carlos Alberto Montaner, fue publicado, unos meses antes de las elecciones presidenciales venezolanas de diciembre del año 1998, en la revista española Cambio 16 y también en El Universal de Venezuela, entre otros. Allí, de manera casi profética, el autor anuncia, a la vez que describe en detalle, lo que iba a ocurrir en Venezuela en los próximos años.
Después de dos lustros del gobierno personalista de Chávez, los contenidos del artículo, lejos de perder vigencia, se mantienen frescos y llenos de actualidad, veamos. Montaner ya avisa, en aquel entonces, que Hugo Chávez amenaza con convertirse en el nuevo presidente de Venezuela “pero no para mantener las instituciones del país, sino para llevar a cabo la mítica revolución radical de izquierda, utilizando para ello los recursos del Estado de Derecho. Algo parecido a lo que Hitler y Mussolini hicieron en los años treinta en sus respectivas naciones. Se servirá de los procedimientos democráticos para disolver el Parlamento y gobernar a su antojo por decreto.” Todo esto se ha cumplido a rajatabla, desde que Chávez se juramentó el 2 de febrero de 1999, pasando por la disolución del Congreso electo en el 98, la creación del nuevo derecho revolucionario o transitorio entre agosto de 1999 y el 2000, hasta el día de hoy, con todas la leyes habilitantes que lo han revestido de los poderes legislativos de la Asamblea Nacional, para que gobierne a sus anchas. Y continúa el autor: “Naturalmente, hundirá al país en el horror y la violencia, pero eso es algo que la mayor parte de los venezolanos hoy son totalmente incapaces de percibir”, a lo que quizás habría que añadir, que a estas alturas muchos venezolanos aún están ciegos, o se hacen que lo están, lo cual es peor.
Como prediciendo la nueva “geometría del poder” planteada por Chávez, con todas las entidades geográfico políticas paralelas a las tradicionales, y a las que los venezolanos le dijeron no en el 2007, Montaner afirma:“Chávez aumentará el perímetro del Estado”. En cuanto al estado de derecho, el autor nos asegura que la “Constitución de los venezolanos será la voluntad de Chávez”, redactada a su imagen y semejanza por la Asamblea Nacional Constituyente, agregamos nosotros, y ahora intentándose modificar, subrepticiamente, contra la voluntad popular expresada el 2 de diciembre del 2007. Para concluir con toda propiedad que el caudillismo es “una abdicación de la soberanía popular, una transferencia de poderes”, aseveración que el propio Chávez confirma cada vez que nos trata de convencer de que es el pueblo quien quiere que gobierne hasta el año 2021 o hasta el 2049.
El escritor y analista cubano fue capaz de ver, en el año 1998, lo que muchos venezolanos no pudieron, ni en la campaña electoral de aquel entonces, ni tampoco seis años antes cuando Chávez trató de derrocar a Carlos Andrés Pérez; según el articulista debido a que los venezolanos estaban demasiado entretenidos luchando “contra la inflación, el desempleo y la inseguridad ciudadana para preocuparse por la defensa de las libertades”. Pero Montaner no es adivino aunque lo parezca, ni tampoco quienes no confiaban en el Chávez del 92 y no votaron por él para presidente en el 98. Para Montaner basta con leer los discursos de Chávez, y prestarle atención a los elogios de Fidel, se refiere a los de aquella época, para saber lo que iba a suceder. En estos diez años de chavismo han sucedido muchas cosas, y ha habido demasiados discursos y también muchos elogios, como para no volverles a prestar atención.