Embajada de Chile protesta por trato en aeropuerto de Israel

Jerusalén. (EFE) Fuentes del Ministerio israelí, familiarizadas con estas quejas acerca de las humillaciones a que son sometidos a veces los visitantes extranjeros, dijeron esta mañana que las protestas son enviadas a las autoridades del aeropuerto.

Alemania y el Reino Unido también han protestado por estas prácticas.

La Dirección de la terminal aérea dio a conocer un comunicado por el cual aclara que hace “esfuerzos notables” para servir a los pasajeros, y que de los nueve millones que pasaron por “Ben Gurión" el año pasado, se recibieron sólo 620 quejas.

Una fuente de la embajada de España en Tel Aviv comentó a Efe que en los últimos meses no recibieron quejas de ciudadanos españoles por malos tratos, pero sí por los extensos interrogatorios a que suelen ser sometidos o porque no se les permite entrar al país.

Esto último, agregaron esas fuentes, suele ocurrir con viajeros de origen palestino a pesar de ser portadores de pasaportes españoles. Españoles e israelíes no necesitan visados para entrar en el país.

El diario Yediot Aharonot informa hoy del caso de dos estudiantes alemanas de un grupo de excursionistas que se vieron obligadas a quedarse en ropa interior para ser inspeccionadas por las agentes de seguridad antes de abordar un vuelo de regreso a su país.

Los inspectores de ambos sexos reciben su formación en el Servicio General de Seguridad (Shin Bet), organismo secreto que opera en Israel y en los territorios palestinos.

Las autoridades señalan que el aeropuerto “Ben Gurión” es el primero entre los de Europa, y el quinto en el mundo, por sus servicios de seguridad, según la Asociación Mundial de Aeronáutica, y que “todas las quejas son examinadas cabalmente.”

En algunos casos, los que protestan contra esas inspecciones se quejan de que les quitan sus ordenadores personales y se los devuelven descompuestos una semana después de la incautación.

Fuentes destacadas del aeropuerto indicaron que las inspecciones las llevan a cabo “lo mejor de la juventud israelí” por medios tecnológicos, y cuando “salta la alarma tenemos que revisar al pasajero, incluso pedirle que se baje los pantalones, si necesario.”

Hay casos -admitió- en que “no actuamos bien, y examinamos las causas para corregir nuestro servicio.”