Una pésima corrida de los dos hierros de Pereda se carga el festejo

Cuatro oros de José Luis Pereda y 1º y 4º de /La Dehesilla, desigualmente presentados, escasos de fuerza, mansos y descastados. Antonio Ferrera, silencio y pitos. Morenito de Aranda, ovación con saludos y silencio. Iván Fandiño, que confirmaba alternativa, ovación con saludos y palmas. Plaza de Las Ventas, 12 de mayo. Casi lleno.
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Como todas las tardes desde que comenzó el ciclo isidril los aficionados acudieron con regularidad  y casi llenan el coso. Gente tenaz y sufridora, estos aficionados de los madríles,  capaces de aguantar el petardazo de esta tarde propiciado por un ganado muy desigual de presencia, romana, edad y escasos de fuerza; aunque parejos en  mansedumbre y falta de casta.

Si la mayoría de los días la suerte de varas es penosa, lo de este martes ha sido una odisea, con el caballo de acá para allá para poder dar algún picotacito a los mansos deambulantes.
El presidente, señor Julio Martínez Moreno, también puso su granito en esta desaguisada tarde, manteniendo contra la evidencia y la petición de todo el público, al débil y tullido cuarto, que no podía con su alma y que varias veces demandó, rodilla en tierra, su vuelta a los corrales.

El usía, ni supo ver lo evidente, ni escuchar el clamor del respetable,  por eso el toro siguió hincando las  rodillas en los pocos muletazo que le intentaron dar.Tampoco Antonio Ferrera se mostró predispuestos a atender lo que le demandaban los aficionados y que no era otra cosa que se abstuviera de  banderillear al genuflexo. Se empeñó y no lució, era imposible.

También pitos al presidente

Como tan bien lo fue su intento con la muleta. Tras matar de bajozano, sonaron pitos para el torero, el toro y el presidente. En su primero que hacia segundo de la tarde, banderilleó con desacierto y muchas ventajas. Con la muleta incierto y despejado. Mató de 6 pinchazos y estacada desprendida silenciándose su labor.

Morenito de Aranda, muy voluntarioso, sacó todo lo que pudo, varias tandas por la derecha a un toro que punteaba continuamente y varios naturales sueltos sin ligazón. Mató de estocada y saludó desde el tercio. En el otro de su lote, quinto de la tarde, los mejores pases fueron con la izquierda, pues los que intento con la mano diestra no le salieron limpios. Mató al tercer intento silenciándose su labor.

Iván Fandiño, que confirmó la alternativa, estuvo valiente y decidido; pero poco pudo hacer con este mal ganado, con el que porfió hasta sacarle los escasos pases que tenía a cambio de una voltereta del que cerraba plaza, y  que tras matarle, de estocada, escuchó palmas. En el que abrió plaza, tuvo unos inicios inciertos pero se fue asentando hasta conseguir varias buenas tandas de muletazos con ambas manos y lo mató de pinchazo y estocada.