Es un lugar común en ciertas partes de España considerar que el comportamiento con el poder de los medios y los periodistas catalanes es muy complaciente. En Cataluña, por el contrario, se considera que una cosa es la cordialidad y las buenas maneras y otra la complicidad.
Cada proceso electoral sirve para medir si existe complicidad o desapego entre prensa y partidos políticos. La llamada guerra de los espacios electorales es el campo de batalla. Los periodistas de los medios públicos catalanes llevan diversas elecciones protestando por tener que elaborar las noticias según un baremo de tiempo preconcedido a cada partido, sin que importe si esa noticia es por si misma digna del espacio que ha sido fijado.
Estas elecciones europeas han vuelto a ser escenario del sordo enfrentamiento entre periodistas y políticos. El primer día de campaña el programa de radio matinal mas escuchado fue escenario de la protesta: los periodistas se negaron a asumir los bloques electorales como si fuesen noticias normales, con lo que la primera media hora de la información se transformó en música sin palabras. A partir de ahí, cada bloque de información electoral se inicia y se termina con un comunicado de los periodistas protestando y desvinculando el contenido de la información con el tiempo asignado.
La cosa es tan radical que al terminar las informaciones una voz en off anuncia: “PP, un minuto y 5 segundos”, y así con el resto de partidos. A tener en cuenta que el plante no es cosa sólo de periodistas de base, hasta la mismísima directora de TV3, Mònica Terribes, ha firmado el comunicado de protesta.
La dirección de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) se comprometió a encontrar una solución al conflicto antes de la campaña electoral actual, pero finalmente el enfrentamiento ha rebrotado.