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Una multitud de fieles por la coronación de la Virgen

Una multitud de fieles por la coronación de la Virgen

martes 26 de mayo de 2009, 17:08h
San Nicolás fue una fiesta

Más de 100 mil devotos esperaron a la salida del templo de San Nicolás con pañuelos blancos y pétalos de rosa. En la ceremonia se colocó la pieza confeccionada por el orfebre Pallarols, quien contó con la colaboración de 600 mil personas.

Las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y del Niño Jesús fueron coronadas ayer en la ciudad bonaerense de San Nicolás, en una ceremonia que congregó a miles de fieles de todo el país, quienes saludaron con devoción el acto presidido por el Obispo de Rosario, Héctor Cardelli.

La imagen de la Virgen -que sostiene a Jesús en sus brazos- fue coronada a las 16.30, a orillas del río Paraná, y de esta manera se cumplió con el pedido que Gladys Motta, la vecina nicoleña que la vio en "el campito", asegura que le hizo hace 25 años, durante esa aparición.

Una multitud calculada en más de cien mil personas, superior a la que todos los 25 de septiembre se acerca al lugar para ofrecer, pedir y agradecer a la Virgen, acompañó la imagen religiosa desde su salida del templo, a las 15.10, hasta su coronación.

La muchedumbre agitó pañuelos y banderas de color blanco, lanzó pétalos de rosa y aplaudió en forma constante durante la ceremonia en la que el Obispo Cardelli le colocó la corona a la Virgen y al Niño Jesús.

Las dos coronas fueron confeccionadas durante 14 meses por el orfebre Juan Carlos Pallarols y las piezas fueron moldeadas en forma simbólica por unas 600 mil personas.

El orfebre dijo a Télam que lo que más lo emocionó, fue "que la mayoría de la gente que quiso dar su golpecito para moldear las coronas no vino a pedir, sino a agradecer".

Pallarols destacó que "más de 600 mil personas participaron y se dieron, de acuerdo a un contador que pusimos, 6.025.984 golpecitos sobre cinceles de acero para ir armando las coronas".

"También me emocionó que mucha gente que participó no era católica y veían en el armado de las coronas un acto de fe y al arte como símbolo de unión, más allá de las creencias", añadió.

Para el armado de ambas coronas, que son de plata con incrustaciones de oro, explicó, "se usaron pequeñas piezas, como anillos, donados por la gente, que se fundieron en un lingote que bendijo el papa Benedicto XVI".

"La idea fue que a través de pequeñas donaciones participe toda la gente y que también sea el tallado del pueblo el que corone a la Virgen", destacó Pallarols.

Los últimos golpes a las coronas fueron dados por internos del Cotolengo Don Orione, en la localidad bonaerense de Claypole, y Pallarols terminó el armado en su taller, en el barrio porteño de San Telmo.

La gente de todo el país asistió a la ceremonia de coronación y muchos se retiraron ni bien terminó el acto, tras rezar, agradecer o pedir a la Virgen.

La imagen religiosa fue preservada dentro de una caja hermética y transparente, cerrada por el propio Pallarols en el escenario, y luego trasladada nuevamente hacia el templo.

El 25 de septiembre próximo, fecha en que todos los años se conmemora la aparición de la Virgen, la imagen será coronada en todas las Iglesias del país.

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