Origen y solución
miércoles 27 de mayo de 2009, 18:15h
Al hilo de la crisis económica, debemos preguntarnos si nuestra ciudad, Madrid, está mejor preparada que otras para salir de la crisis antes y con más fortaleza. Dejando a un lado nuestra condición de capital - con un indudable beneficio sobre la ubicación de empresas e instituciones y su consiguiente efecto positivo en la actividad económica y la creación de empleo-; creo que el desgobierno municipal nos ha situado en una posición precaria a la hora de salir de la crisis.
El primer argumento de tal afirmación es el disparado y disparatado nivel de deuda pública que sufre nuestro Ayuntamiento. Argumento que no por reiterado pierde valor, ya que el gobierno municipal ha roto un principio sagrado del buen hacer económico: las llamadas políticas anticíclicas, que en cristiano no significa más que hacer de cigarra y no de hormiga en época de bonanza económica. Ahorrar para cuando llegue el frío invierno, gastar. Justo lo contrario a lo hecho por el gobierno municipal Popular.
El segundo argumento, menos utilizado, pero igual de importante, es la inseguridad jurídica que sufre el empresariado madrileño. El desgobierno municipal de las licencias hace que millares de pequeños, medianos y grandes negocios ubicados en nuestra capital se muevan en la más absoluta ilegalidad, no sabiendo si mañana puede ser cerrado su local o no. Podrá sorprender pero no es la primera vez que empresarios comentan en privado su renuncia a abrir una actividad empresarial en nuestra ciudad por el colapso en las licencias, la tardanza en otorgarla y la inseguridad jurídica que ello conlleva. Madrid pierde oportunidades y crea menos empleo del que pudiera.
El tercer y último argumento de este artículo es la pésima gestión de nuestro gobierno municipal en los conocidos y malogrados PAUs. Los Ahijones, Berrocales, Arroyofresno, Cañaveral y demás PAUs, la tardanza en aprobar sus planes parciales, proyectos de urbanización, etc, etc, así como el descontrol municipal sobre el trabajo de las juntas de compensación encargadas de la gestión de los nuevos barrios, ha hecho que 10 años después de su nacimiento, muchos PAUs permanezcan inéditos y no se adivine ni tan siquiera un edificio de viviendas.
En la actual crisis la situación es aún más dramática, puesto que ni se ha urbanizado ni se ha comenzado la construcción de los pisos, cosa que no creo que se produzca en años tal y como está el mercado, salvo que se produzca una intervención pública de ayuda en favor de las juntas de compensación. Aspecto que los socialistas hemos propuesto al gobierno municipal con escaso éxito, pero que continua siendo necesario para que los millares de cooperativistas afectados puedan hacer realidad su sueño de adquirir un piso. ¿Se imaginan si el gobierno municipal hubiera hecho sus deberes y toda la tramitación administrativa estuviera terminada hace años y las máquinas estuvieran trabajando y construyendo hoy las viviendas en esos nuevos barrios? ¡La cantidad de empleo y actividad económica que se crearía en Madrid, imprescindible en una coyuntura como la actual! Pero nada de ello hay, los nuevos barrios no son más que solares vacíos, proyectos de barrios y no barrios reales.
Es curioso que la derecha siempre haya defendido la necesidad de suelo disponible para construir viviendas, y, en cambio, en Madrid, hayamos contado durante años con ingentes cantidades de suelo disponible para la construcción de cientos de miles de viviendas, amén de suelo industrial y terciario, y que ni el mercado ni el gobierno municipal hayan impulsado su desarrollo.
Los tres argumentos: deuda, licencias y retraso en los PAUs son tres elementos que frenan las posibilidades de desarrollo económico madrileño. Aspectos de compleja solución que requerirán un cambio de gobierno, pues, nunca será solución quien ha sido origen del problema.
Pedro Sánchez.
Concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid.