Una vez más, los nacionalistas catalanes de CiU han demostrado que tienen bien cogido al Gobierno
Zapatero, que una vez más ha demostrado su gran debilidad parlamentaria. Por la mañana, los socialistas habían llegado a un acuerdo con IU para aumentar la tributación de las rentas más altas. Por la tarde, tras una conveniente presión de
Durán i Lleida y su número dos,
Sánchez Llibre, el acuerdo con la izquierda se quedó en papel mojado, según relatamos en
Diariocrítico.
Pero lo más curioso de todo es la intrahistoria de esta historia: el acuerdo lo negociaron tras múltiples reuniones
Joan Herrera y la diputada socialista por Barcelona
Monserrat Colldeforns, doctora en Economía por la London School of Economics y funcionaria –ahora en excedencia, claro- de la Generalitat de Cataluña.
A media mañana,
Joan Herrera presentó públicamente el acuerdo en un papel sin membrete. Media hora más tarde hizo lo propio el PSOE, pero ya con membrete socialista, “
para apuntarse el tanto”, dicen en IU. Pero todos felices.
En ese momento, el portavoz socialista,
José Antonio Alonso, recibió una llamada de de Durán i Lleida, que se tradujo en durísima presión: si los socialistas llevaban adelante ese acuerdo con Izquierda Unida, CiU pasaría de la abstención al voto negativo en el debate de este jueves sobre el techo del gasto público para el año que viene, un debate fundamental para iniciar, a la vuelta del verano, el debate parlamentario de los Presupuestos Generales del Estado para 2010.
Alonso llamó a Herrera y a
Gaspar Llamazares y les dijo que o IU se comprometía a votar a favor del techo de gasto presentado por el Gobierno o se rompía el acuerdo al que se había llegado un par de horas antes. Ni Llamazares ni Herrera admitieron el chantaje.
La cosa quedó ahí hasta las 18.00 horas. En ese momento, Herrera recibió una llamada no de Monserrat Colldeforns, ni siquiera del portavoz socialista, sino del secretario general del Grupo,
Eduardo Madina, que les dijo que se olvidaran del acuerdo que habían llegado para que los ricos pagaran más. No era cosa de broma: IU había conseguido que aumentara considerablemente la presión fiscal a los que ganaran 9.000 euros o más al mes y que las rentas más altas quedaran fuera de los 2.500 euros del cheque bebé y de la rebaja de 400 euros a todos los asalariados, entre otras cosas. IU se plantea ahora los apoyos futuros al Gobierno.
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