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Los fans de Michael Jackson llenan de sonrisas su homenaje póstumo

martes 07 de julio de 2009, 18:59h

"Smile" era la canción favorita de Michael Jackson y precisamente eso -"sonreír"- hicieron dentro y fuera del Staples Center sus devotos admiradores, quienes llenaron de vida, emoción y recuerdos el homenaje dedicado al "rey del pop".

Se calcula que unos 50.000 seguidores de Michael Jackson se dieron cita en los aledaños del estadio para dar su último adiós al artista, una cifra muy inferior a los 700.000 que habían pronosticado las autoridades.

En el interior del estadio, y ante la vista de los 11.000 privilegiados fans que consiguieron entradas, la actriz Brooke Shields reveló que el tema "Smile", compuesto por Charlie Chaplin para "Modern Times" (1936), era el predilecto de Jackson.

"Necesitamos mirar arriba y necesitamos sonreír, aunque como dice la canción, nos duela el corazón", dijo Shields, con la voz quebrada.

Para entonces, el recinto que acogió la despedida pública de Jackson había vibrado con el melancólico y dulce adiós susurrado por Mariah Carey, con el sentimiento de Lionel Richie y con la energía de Berry Gordy, fundador de la "Motown", quien afirmó: "El título de 'Rey del Pop' se le queda corto, es el mayor artista que jamás haya existido".

Los seguidores más formales acudieron al evento vestidos de riguroso negro, pero también hubo quien optó por exhibir algunos de los modelos que Jackson llevaba en videoclips tan famosos como "Billie Jean", "Smooth Criminal", "Bad" o "You Rock My World".

Es decir, sombreros, chaquetas cantarinas, camisas chillonas, lentejuelas y calcetines y guantes blancos. Todo ello aderezado con intentos, en la mayoría de los casos infructuosos, de recrear el "Moonwalk", los famosos pasos de baile de Jackson.

"Solo pido que todo esto no se convierta en un espectáculo de Hollywood y que se celebre su legado", dijo a Efe Nicolas, uno de los "clones" del célebre artista.

Otros, incluso, llegaron a aparecer en el Staples Center con una mascarilla en el rostro, una imagen que Jackson popularizó durante muchos años.

Sin embargo, la gran mayoría de sus fans se quedaron fuera del perímetro acotado por las autoridades y recordaron al cantante a su manera.

"Estoy aquí desde las siete de ayer -por el lunes-", comentó a Efe la mexicana Heidi López, una adolescente que no tuvo suerte en la lotería de las entradas, pero que decidió pasar la noche con manta y colchón en una esquina cercana a la zona "para obtener el mejor sitio posible".

"Hice una cola larguísima tan solo para firmar el póster enorme que hay en el Staples y me vine para acá; no tengo entrada, pero quiero estar lo más cerca posible de Michael. Ya no va a estar más con nosotros y creo que debo estar aquí junto a él", añadió.

Si bien la policía de Los Ángeles tuvo mucho menos trabajo de lo que se preveía, la jornada transcurrió sin apenas incidentes.

"Aquí se reúne gente que adoraba a Jackson, no debería de haber problemas", manifestó a Efe el oficial Rodríguez, de la policía local.

Sin embargo, instantes después, las autoridades esposaron a un hombre que supuestamente intentaba vender, justo enfrente de la policía, una entrada para acceder al servicio funerario.

"¿Cómo se te ocurre?", le reprendieron. "¡Necesito el dinero!", contestó el detenido, de unos 50 años.

La ceremonia, seguida en todo el mundo, tardó en arrancar y la zona reservada para asistentes invitados por la familia Jackson se fue llenando paulatinamente, después de que aproximadamente un cuarto de esos asientos aparecieran vacíos en el inicio del homenaje.

El público, que no dudaba en bailar las canciones de Jackson que fueron sonando, interrumpía de vez en cuando el flujo de la ceremonia con gritos de "Te queremos, Michael" o "Larga vida al rey", mientras la procesión de famosos seguía su curso.

El discurso de Smokey Robinson anunciaba el fin del memorial.

"No creí que fuera a ver esto, pero el mundo no lo olvidará. Vivirá para siempre, para siempre, para siempre (...)", manifestó.

A Norma, una empleada latina del Staples Center y testigo de centenares de conciertos y grandes eventos en ese pabellón, como a muchos de los asistentes, se le escapaba una lágrima al término del memorial.

Pero rápidamente recobraba la compostura y decía a Efe: "Michael quiere que sonriamos y así lo hacemos. Desde donde quiera que esté, él también sonríe".

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