La inesperada decisión se produjo durante un encuentro en Caracas con intelectuales y representantes políticos enmarcados en Colombianos y Colombianas por la Paz. Ante ellos aclaró que, "
por supuesto", Venezuela "
no está interesada en ninguna ruptura de relaciones con Colombia", pese a que estos contactos permanecían congelados después de que el Ejecutivo de
Álvaro Uribe acusase al venezolano de vender armamento a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Acto seguido,
Chávez se dirigió al embajador
Gustavo Márquez Marín, presente en la sala, y le pidió que regrese a Bogotá para trabajar, lo que fue recibido por el público presente con aplausos.
De hecho, y aunque se oyeron las críticas ya conocidas en relación al acuerdo militar entre Colombia y Washington, Chávez se mostró más dispuesto a colaborar con su país vecino, especialmente para lograr la paz. Descartó que se fuese a producir una guerra entre dos "
pueblos hermanos", como él mismo llegó a sugerir en los últimos días, e incluso sugirió la creación de "bases de paz" para trabajar por la estabilidad en Colombia.
En este sentido, propuso a su ministro de Asuntos Exteriores,
Nicolás Maduro, la creación de "
una fundación de venezolanos y venezolanas por la paz en Colombia". El asunto se convertiría en "tema de Estado" para Venezuela, añadió. "
No debemos dejar a Colombia sola, no podemos, no debemos. Cuanto más nos maltraten, más tenemos que mirar a Colombia".
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