El anuncio de la subida del impuesto que grava las plusvalías de capital (intereses de depósitos, dividendos, ganancias en fondos de inversión y sicavs, etc.) ha provocado ríos de tinta y de decibelios en los medios de comunicación. Opinar es gratis, pero si se hace con cierto conocimiento de causa, se agradece.
Mucho se ha criticado la supuesta pseudoamnistía fiscal de los vehículos de ‘ahorro’ de los ricos: las sociedades de inversión de capital variable (sicav). Sus críticos se escandalizan de que las plusvalías que generan estos instrumentos se graven al 1% frente al 18% que sufre el común de los mortales. Pues bien, esto no es así. Lo que tributa al 1% son los beneficios que generan esas sociedades, es decir, ése es su Impuesto de Sociedades. Exactamente el mismo tipo impositivo que el de los fondos de inversión.
Es decir, que si Amancio Ortega, Zaraman, el hombre más rico del país, vende parte de sus activos de su sicav, tributará por las plusvalías un 18%, exactamente lo mismo (exenciones al margen) que si una jubilada viuda de Paracuellos vende participaciones de su fondo de inversión. Y en ambos casos, tanto la gestora de la sicav de Amancio Ortega, como la del fondo de inversión en el que participa la jubilada, la tributación por Sociedades será del 1%.
En lo que sí se benefician muchos ricos es en aprovechar esos instrumentos de inversión colectiva en beneficio personal. Me explico: la legislación establece que el número mínimo de partícipes en una sicav es de 100 personas. Pero no es raro que en la práctica se trate de un rico y 99 ‘mariachis’, es decir, 99 hombres (o mujeres) de paja que se les incluye en la sicav con el único objetivo de cumplir con la ley. Muchos de esos figurantes suelen ser empleados de las empresas del rico. Así, una sola persona se beneficia de un vehículo de inversión diseñado para un colectivo.
Otro debate sería si las sicav deben tener un impuesto de sociedades más elevado (el tipo “normal” para las empresas mercantiles es del 30%), pero decir que las plusvalías de los ricos tributan al 1% es, simplemente, faltar a la verdad.
España se encuentra en la parte media-alta del ranking de los países desarrollados en cuanto a la fiscalidad sobre sociedades y plusvalías. En el primer caso, frente al 30% español se encuentra el 35% de EEUU o el 34% de Francia y Bélgica. En la parte baja están Irlanda, con un 12,5%, Alemania (16%) y Suiza (19,5%). En cuanto al impuesto sobre las plusvalías, el 18% español se ve superado por el 30% de Francia y Suecia mientras que los países más laxos en este sentido son Italia, con un 12,5%, y EEUU (15%).