Comité Federal del PSOE.
Rodríguez Zapatero compareció con buen aspecto y el tono de siempre, acaso con más énfasis, y se movió poco de sus posiciones, en un claro gesto para reforzar su política social contra la crisis, con ciertas concesiones a la galería; sobre todo cuando dijo que ha dicho 'no' a los poderosos y 'sí' a los avances sociales. El discurso político de ZP es de izquierdas pero los globos sonda de subidas fiscales que ultima su Gobierno está por ver que también lo sean. Dicho en pocas palabras: la subida de los impuestos más regresivos, como el IVA y los impuestos especiales -la gasolina-, son medidas que figuran en su nuevo paquete fiscal y que pagarán ricos y pobres por igual.
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Es verdad que Zapatero apenas habló de impuestos pero tampoco corrigió nada de lo avanzado por su vicepresidenta económica, con lo cual cabe deducir que da por buenas las palabras de
Elena Salgado, quien ya avanzó que las subidas de impuestos afectarán al IVA y a las rentas de capital, sin tocar el tipo superreducido del IVA, actualmente situado en el 4%, y que grava productos de primera necesidad como el pan, la leche, los huevos o la fruta. Tampoco concretó mucho ZP sobre la salida de la crisis, seguramente porque no puede. El presidente confía en que la economía española vuelva a crecer en el umbral entre 2009 y 2010, pero reconoce que no puede vaticinar cuando se reanudará la creación de empleo. Todos sabemos que eso será cuando la economía crezca al menos cerca de un 3%, lo que no parece muy inmediato, de ahí que no quiera mojarse.
En medio de todas estas incertidumbres y acosado, dentro y fuera del PSOE -el último en darle un toque de atención ha sido el ex presidente extremeño
Rodríguez Ibarra-, Zapatero no lo tiene precisamente fácil. Si alguien no titubea en el PSOE es
Pepe Blanco, el hombre que mejor controla el partido. El titular de Fomento sigue dando la cara por su jefe de filas como en sus mejores tiempos de secretario de Organización. Blanco ha recuperado su blog -abandonado tras su nombramiento como ministro- y ahí sigue lanzando mensajes a la militancia socialista, al más puro estilo de
Alfonso Guerra: "Lo único que hay es la desesperación de
Rajoy, que después de haber perdido dos elecciones tiene demasiada prisa en perder las terceras". No está mal y tiene su gracia, pero con eso no será suficiente para que el PSOE vuelva a coger el pulso político del país. Y es que eso no es lo único que hay. El PSOE debe gobernar mejor.