www.diariocritico.com
Dialéctica de la Ilustración

Dialéctica de la Ilustración

martes 22 de septiembre de 2009, 16:56h

Ha comenzado en Quito, esta semana, en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) el Primer Coloquio de Filosofía Ecuatoriana, bajo el evocador nombre del libro que escribieron en conjunto los filósofos alemanes, fundadores de la Escuela de Frankfurt, Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, aparecido por primera vez en forma de manuscrito en 1944. Fue a fines de los años sesenta, durante las grandes rebeliones estudiantiles, que apareció una nueva edición que fue leída como una clave para entender lo que estaba sucediendo más allá de los deseos de sus autores. La influencia de este libro en América Latina fue marginal, sin embargo, si se lo compara con la obra de otro de los miembros de la Escuela de Frankfurt, Herbert Marcuse, con El hombre unidimensional, pensada y escrita en el espíritu y en el tono de Dialéctica de la Ilustración.

La marginalidad de esta última obra hay que entenderla no tanto como un problema de marketing editorial, cuanto de la dureza del libro y de su extraña composición, en la que, para analizar la destrucción de la razón ilustrada, se recurre al mito de Ulises y a la heroína de la obra del Marqués de Sade, Juliette.

Dialéctica de la Ilustración parte de la pregunta por la explicación del sufrimiento experimentado a escala mundial por la especie humana en los años previos a la II Guerra Mundial y durante esta. Y relaciona dicha pregunta con el sentido del proyecto civilizatorio por excelencia de Occidente: la Ilustración. Para los autores, el proyecto ilustrado, la afirmación de la razón como condición para la liberación del ser humano, estuvo deformado desde el principio por un oscuro deseo de dominación que trastornó los impulsos libertarios y que hizo de la naturaleza, de los demás hombres y del propio sujeto, prisioneros de la búsqueda insaciable de control.

Escrito durante su exilio en Los Ángeles, California (Estados Unidos), Dialéctica de la Ilustración tuvo como referentes teóricos no solo a Marx y a Hegel, como era tradición en los análisis de izquierda de la época, sino también a Nietzsche y a Freud. Por ello, el libro, aunque muestra, como es obvio, el dominio organizado del terror del fascismo, no se hace ilusiones sobre las dictaduras de Estado ejercidas en nombre de la izquierda como la de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas bajo Stalin. En cuanto al mundo capitalista, los análisis insisten en la reducción creciente de la libertad individual por los imperativos del mercado, pero con una valoración positiva de la democracia liberal que les permitió a los autores, en los EEUU, pensar.

Bajo la compleja invocación de la crítica de la razón magistralmente llevada a cabo por Adorno y Horkheimer, este primer Coloquio reúne a los que hacemos desarticuladamente filosofía en el país en la construcción de un Centro de Estudios Filosóficos. Hay que felicitar y apoyar a quienes están impulsando esta tarea y, en primer lugar, al Centro de Estudios Filosóficos de Quito, a la UASB y al Ministerio de Cultura y, en lo particular, a Luis Felipe Corral.

[email protected]

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios