El vicepresidente estadounidense, JD Vance, ha criticado con dureza la decisión de Alemania de catalogar como extrema derecha al partido Alternativa para Alemania (AfD). En un mensaje que ha sacado a través de X, Vance ha llamado a la formación ultra "el partido más popular de Alemania y, de lejos, el más representativo de la Alemania oriental" y ha afirmado que "los burócratas intentan destruirlo".
Un mensaje que ha tenido eco en otro de los principales miembros del gabinete de Donald Trump, el secretario de Estado, Marco Rubio, que ha calificado la decisión de "tiranía disfrazada". "Alemania acaba de otorgar a su agencia de espionaje nuevos poderes para vigilar a la oposición. Eso no es democracia, es una tiranía disfrazada", ha puesto en redes sociales el jefe de la diplomacia estadounidense.
"Lo verdaderamente extremista no es la popular AfD, que quedó en segundo lugar en las recientes elecciones, sino más bien las letales políticas de inmigración de fronteras abiertas del 'establishment' a las que la AfD se opone", ha seguido diciendo Rubio. El secretario de Estado ha finalizado diciendo que "Alemania debería cambiar de rumbo".
La decisión de Alemania
La decisión ha sido tomada por la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, y hace que las autoridades puedan subir la eventual vigilancia del partido a nivel nacional.
En las elecciones generales anticipadas, que se celebraron el pasado 23 de febrero, AfD fue la segunda fuerza más votada, con un 20,8 % de los votos, por lo que en la nueva legislatura, cuya actividad parlamentaria empieza la semana que viene, va a ser la principal fuerza de la oposición.
La BfV, después de revisar de forma "exhaustiva y neutral" el informe que tiene sobre AfD, de unas 1.100 páginas, indicó en un comunicado que "la concepción étnica y basada en la ascendencia que prevalece en el partido no es compatible con el orden democrático básico".