Representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela se reunieron en Quito en la IX Conferencia sobre Migraciones y se pronunciaron contra la política común europea sobre migraciones que criminaliza a los migrantes.
Pidieron a los países receptores de emigrantes en la región mantener los programas de regularización migratoria. Y expresaron su preocupación por el endurecimiento de las políticas migratorias de ciertos países de tránsito y destino agravado en el actual contexto mundial de crisis económica.
En Ecuador hay preocupación por la emigración de colombianos, víctimas de una forma u otra del conflicto interno que por medio siglo padecen en su país, o por la erupción de una oleada migratoria desde Cuba, provocada por la suspensión de visas para los viajeros de la Isla, casi desde el comienzo del régimen correísta.
Es tiempo de que el Gobierno ponga coto a una fiebre xenófoba que está comenzando a levantar cabeza en el país. Y en la que se incluyen actitudes de rechazo a los chinos y peruanos. ¿Por qué a los correístas les cuesta tanto rectificar errores?
Pensemos que miles de nuestros compatriotas están expuestos a un peligro semejante en otras latitudes. Pensemos que los derechos humanos son para todos. Hay que solucionar este problema, pero no a costa del migrante que se dejó arrastrar por la esperanza de tener aquí una vida digna y en paz, que en su Patria no pudo alcanzar ni soñar siquiera. Esa sería la peor forma de criminalización.