Simposio inoportuno

Cuando los escollos del debate alcohol-menores todavía no se han apagado, el Ministerio de Sanidad y Consumo vuelve a la carga con la convocatoria de un seminario internacional con el sugestivo título de “Alcohol y daño cerebral en menores” que tiene lugar hoy, lunes, en la sede de ese departamento y que será inaugurado por la ministra Elena Salgado. Hay quién dice que la titular de Sanidad sigue “erre que erre” en su actitud de salvar un anteproyecto de ley –el de protección de consumo de alcohol en menores-, apartado por el presidente Rodríguez Zapatero ante la avalancha de críticas procedentes del sector que hubieran tenido una repercusión negativa en las elecciones autonómicas de mayo. Al menos así lo creen muchos en Ferraz –donde está la sede del PSOE, en Madrid-, que ven con cierta desconfianza no exenta de alarma este encuentro.

Los asesores de la ministra le podrían haber aconsejado que no es políticamente oportuno la celebración de esta jornada científica, en la que está prevista la participación de una de las mayores expertas en el daño cerebral producido por el alcohol, Susan Tapert. Esta profesora de la Universidad de California en San Diego es una acreditada investigadora en la respuesta del funcionamiento cerebral tras el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas. Los datos que ofrecerá esta investigadora son alarmantes, como lo reflejan los resultados que los diversos estudios que ha llevado a cabo durante los últimos años. Quizás uno de los más significativos es que los adolescentes que beben alcohol pueden perder hasta el 10 por ciento de su capacidad cerebral.

En la justificación de este encuentro, el Ministerio de Sanidad y Consumo recuerda que son muchos los jóvenes y adolescentes españoles que beben, iniciándose en su consumo a edades tempranas. Pero, por si esto no fuera poco, dice también que “el 81 por ciento de los estudiantes de 14 a 18 años ha bebido en el último año; el 65,6 por ciento lo había hecho en el último mes. Entre los menores de edad, se ha extendido la costumbre de beber en “atracón” o “binge drinking”, consumo intenso de alcohol que se realiza en un escaso lapso de tiemño; a ello se añade la escasa percepción del riesgo que este tipo de conducta entraña para su salud”.

¿Se trata de una estrategia muy bien diseñada por parte de la ministra para retomar la ley anti-alcohol- o simplemente ha sido una dejadez que puede ocasionarle nuevos dolores de cabeza? La respuesta, en breve.