De antemano se sabe que la oposición tiene por costumbre cuestionar cualquier iniciativa que salga del oficialismo, ya sea en Argentina, en España o en la China, aunque sería bueno que cuando se critique se lo haga con fundamento.
En esta oportunidad la diputada por Galicia del Partido Popular Campo Piñeiro, salió con los tapones de punta contra la realización de Congresos de Jóvenes Descendientes de Españoles -especialmente en Argentina- de los que no solo pidió -en este caso en todo su derecho- sino también se preocupó porque "las políticas de juventud y emigración vienen pautadas por una asociación civil en la República Argentina sin contar con la participación del resto de entidades españolas o de los Consejos de Residentes Españoles”, en una frase totalmente carente de sentido, en vez de resaltar que el gobierno español -en este caso socialista, pero opinaría lo mismo si fuera el Partido Popular- se preocupa por conocer de primera mano sobre las necesidades e inquietudes de los jóvenes descendientes, y le presta atención a las conclusiones de los congresos elaborando políticas acordes a las mismas.
Habría que ver sí a Campo Piñeiro le parece mal, que entre otras cosas, se haya inaugurado un Servicio de Información -similar a los Centros de Información Juvenil existentes en España- donde los jóvenes pueden encontrar un lugar en donde ir a buscar información, o que estos mismos jóvenes desde la Asociación organicen jornadas de capacitación.
A veces destacar y apoyar estos emprendimientos puede llegar a ser más productivo políticamente que el hecho de criticar solamente porque se le ocurrió al partido contrario al que se pertenece