Uno de los vehículos explotó frente al edifico de la gobernación de la capital, cerca del hotel Mansur, mientras que el otro estalló en las proximidades del Ministerio de Justicia, en el barrio de Al Salehiya. Funcionarios iraquíes no descartan que el número de muertos aumente.
Los atentados se registraron cerca de la denominada "zona verde", que cuenta con estrictas medidas de seguridad, ya que acoge las embajadas de EEUU y del Reino Unido además de edificios gubernamentales iraquíes.
Varios hombres cargaban cuerpos en sábanas, alejándolos de la escena y una decena de personas intentaba voltear un vehículo para sacar a los cadáveres que se encontraban debajo.
"Todavía no sé cómo estoy vivo. La explosión destruyó todo (...) es como si hubiera un terremoto, nada está en su lugar", afirmó el residente Hamid Saadi, uno de los vecinos de la zona.