Obama reconoció la controversia desatada por su elección para el premio. "En parte esto es porque estoy al comienzo, y no al final, de mi trabajo en la escena mundial", sostuvo, reseñó DPA.
"Mis logros son escasos" en comparación con "gigantes de la historia" que recibieron antes el Nobel de la Paz, como Albert Schweitzer o Nelson Mandela, admitió Obama.
"Además hay hombres y mujeres en todo el mundo que están en prisión o son golpeados por buscar la justicia". "No puedo replicar nada a aquellos que piensan que esos hombres y mujeres (...) merecen este honor mucho más que yo".
Por otra parte, también favoreció el debate el hecho de que el premiado sea el comandante en jefe de una nación implicada en dos guerras, añadió Obama al inicio de su discurso en defensa de la paz, los derechos humanos y el desarme.
Obama reconoció que mucha gente piensa que no ha hecho lo suficiente para merecer el premio que recibía en Oslo y también señaló que acaba de ordenar que 30.000 soldados de su país se sumen a la lucha en Afganistán, indicó AP.
Sin embargo, dijo que la gente debe aceptar la "dura verdad'' de que la violencia no puede ser erradicada y que los países a veces deben ir a la guerra para proteger a sus ciudadanos de los regímenes opresores y grupos terroristas.
Según Obama, un movimiento no violento no podría haber detenido los ejércitos de Adolf Hitler ni persuadir a los líderes de al Qaida a que dejen las armas.
El presidente estadounidense sostuvo que todas las naciones deben seguir las reglas internacionales sobre el uso de la fuerza, aunque agregó que se reserva el derecho a tomar medidas unilaterales para defender a Estados Unidos.
Aseveró estar convencido de que respetar las reglas fortalece a los países que lo hacen y debilita y aísla a los que no.