Asamblea: baja credibilidad y falta de independencia

Los asambleístas del Gobierno y, primero, el vicepresidente y, después, el presidente de la República, integrantes del buró político de Alianza País y funcionarios del Ejecutivo se reunieron en una taller en Quito para analizar el desempeño del bloque oficial en la Asamblea, las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo y planificar la agenda de este último, según explicó su presidente, Fernando Cordero.

Días atrás, la encuestadora que trabaja con el Gobierno señaló que 60% de los ciudadanos confían poco o no confían en la Asamblea, a tal punto que Santiago Pérez, de la empresa encuestadora, advirtió que esta función atravesaba por un punto crítico en cuanto a
credibilidad. Esta se ha visto vulnerada por la percepción de falta de independencia en la actuación del oficialismo.

Al igual que el congresillo que derivó de la Constituyente antes de las elecciones bajo la vigencia de nueva Constitución, la Asamblea Nacional no ha cumplido las obligaciones fiscalizadoras. Y en la tarea legislativa, se ha evidenciado el que no ha cortado el cordón umbilical con la Presidencia de la República.

En buena hora que se hallen mecanismos de cooperación entre el Ejecutivo y la Legislatura para evitar las inútiles pugnas de poderes. Pero existe un abismo entre la necesidad de un nivel razonable de coordinación entre las dos funciones y la subordinación de los asambleístas del oficialismo a los designios del Ejecutivo. Lamentablemente, una reunión como la de ayer acentúa la percepción de dependencia.

En el sistema democrático, la posibilidad de balance de poderes independientes es el mejor camino de fortalecimiento institucional. No es bueno para construir la democracia el resquebrajamiento de la imagen de la Legislatura. Todavía vive el país las consecuencias de la crisis de los últimos años, parte de la cual tuvo uno de sus factores desencadenantes en la baja credibilidad de los Congresos.