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Análisis de nuestro especialista europeo

La presidencia europea en el Congreso

La presidencia europea en el Congreso

miércoles 16 de diciembre de 2009, 20:20h
Tal y como estaba previsto este miércoles 16 de diciembre compareció ante el Pleno de la Cámara a petición propia el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para informar del Consejo Europeo último y de la Presidencia española en la Unión Europea. Previamente se había producido ayer un acuerdo en la Cámara de los grandes grupos parlamentarios, PSOE y PP al que se adhirieron CiU y PNV, absteniéndose ERC, IU-ICV, BNG y Nafarroa Bai, sobre una Proposición no de Ley de objetivos de la Presidencia española de 2010 de la que el propio Presidente  y los portavoces de los grupos encabezados por el principal grupo de oposición se sintieron enormemente satisfechos. Hemos de destacar este hecho que es paralelo y así lo destacó Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, al que se ha mantenido siempre y singularmente al apoyo al Tratado Constitucional de 2004 que según sus palabras fue respaldado por los partidos políticos españoles aunque no llegase a entrar en vigor.
Quizá sea esta una materia especialmente favorable al consenso pues se reconoce que lo que esta en juego es el propio prestigio exterior de España al menos en cuanto a la posición común con respecto a la Presidencia española del Consejo 2010, cierto es que en todo caso los partidos españoles y singularmente PP y PSOE, están claramente alineados con las grandes formaciones europeas, Partido Popular Europeo y Partido Socialista Europeo. Muchos desearíamos que este consenso se trasladara a la Política Exterior, a la Política de Energía para que el propio Presidente Rodríguez Zapatero ha pedido hoy un pacto de futuro, y a la Política Educativa de Investigación y Desarrollo y desde luego y ante todo a las Políticas Publicas relacionadas con nuestro gran problema que es el índice de desempleo que tiene hoy España y las expectativas nada halagüeñas en los horizontes más cercanos.

Cabe recordar la reunión que este martes se produjo entre el Presidente Rodríguez Zapatero y el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Nuestra opinión es que el gran político que ha sido para Bélgica Herman Van Rompuy ya puede trasladarse a la propia política europea, cada día su figura crece y su habilidad para concertar acuerdos que es notoria se constituye ahora ya una de los principales instrumentos del próximo futuro. Ciertamente que su nombramiento, producto del Tratado de Lisboa, rebaja el protagonismo del Jefe del Ejecutivo español en esta Presidencia semestral, pero eso no es un problema puesto que el Presidente Rodríguez Zapatero rápidamente y así lo ha reconocido hoy en la Cámara ha asumido la nueva realidad institucional y ha ofrecido a Van Rompuy el máximo apoyo de España y poniendo a su disposición toda su capacidad organizativa, poniendo en marcha una cedula de coordinación entre la Presidencia española en ejercicio semestral y el Presidente del Consejo. La propia oficina del Presidente habló ayer de reunión de alto valor político y simbólico, de calurosa acogida y de constructivo encuentro.

Por su parte lo que Van Rompuy apuntó ante todo es que durante este semestre de la Presidencia española debe adoptarse un proyecto de futuro para la economía de la UE. El discurso del Presidente Rodríguez Zapatero ante el Congreso partió de recordar el nuevo marco jurídico que suponía el Tratado de Lisboa y los nuevos instrumentos y tras pasar revista a los grandes temas de la reciente reunión de los Jefes de Estado y Gobierno de los 27 Estados de la Unión especificó que la Presidencia española viene trabajando excelentemente con Bélgica y Hungría siguiendo el marco trazado para el futuro de las Presidencias en ejercicio semestral.

El discurso fijo cuatro prioridades, convertidas según el Presidente en cuatro ejes de la Presidencia española del Consejo: 1- la plena y eficaz aplicación del Tratado de Lisboa como oportunidad para desarrollar los instrumentos contenidos en el Tratado y singularmente poner en marcha el Servicio Europeo de Acción Exterior que como nosotros sabemos supone trasladar una estructura los servicios en Política Exterior pertenecientes a la Comisión y los propios servicios correspondientes al Consejo en la figura del Alto Representante así como la aportación en Comisión de los cuerpos diplomáticos de los Estados al nuevo SEAE. Evidentemente el desarrollo institucional de Tratado es enormemente amplio porque se vincula a todo su contenido institucional y de políticas públicas. 2- la segunda prioridad que plantea la Presidencia española es la de afianzar la recuperación económica y lanzar una estrategia de Política Económica Común aprobándose bajo la Presidencia española un documento 2020 que sustituye a la Estrategia de Lisboa y que sea vinculante al menos en sus principales líneas pues de lo contrario opinamos que volvería a constituirse en un relativo o absoluto fracaso. A tal efecto aludió al futuro Consejo informal de febrero sobre la nueva estrategia de crecimiento. 3- la tercera cuestión planteada es la de situar a Europa en la nueva realidad internacional, a tal propósito recordó la importancia de las nueve Cumbres multilaterales propuestas bajo la Presidencia española, si bien todo apunta que el gobierno básicamente centrará su esfuerzo en apoyar las directrices de la propia Presidencia efectiva, siendo mayor el protagonismo de la Presidencia española en las formaciones de los Consejos. 4- y la cuarta la Europa de los Ciudadanos, es decir el fortalecimiento de los Derechos y Libertades de los ciudadanos en clara alusión sobre todo al desarrollo del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia contenido en el Programa de Estocolmo 2010-2014, cuya aplicación precisamente comienza bajo la Presidencia española, así como el reforzamiento de nuestro modelo social frente al envejecimiento y la crisis manifestado el Presidente una preocupación sobre la calidad de la educación y la excelencia en las Universidades que deberá convertir en realidad palpable, es decir, contante y sonante por mucho que se viva en una agobiante crisis. El Presidente recordó en el Congreso la “iniciativa ciudadana”, que consiste en que un millón de ciudadanos de la Unión puedan poner en marcha un proposición legislativa y cuyo desarrollo normativo se producirá bajo Presidencia española y también cuestiones concretas y muy preferentes como el Plan de Igualdad 2011/2015 con referencias al mercado de trabajo, la creación de un observatorio europeo contra la violencia, la puesta en marcha de una Orden Europea que facilite la erradicación de todas las formas de violencia de genero.
 
Puede decirse que fue un discurso sólido, institucional, no grandilocuente, muy con los pies en la tierra en materia de desarrollo institucional y de grandes desafíos políticos con los que se encuentra la Unión Europea, muy propio por otra parte de una política pro-europea que España viene teniendo desde siempre, que materializó en lo que pudo el Presidente Calvo Sotelo siguiendo la estela de Alberto Ullastres y la suya propia y que concluyó brillantemente Felipe González logrando un prestigio europeo hasta hoy incuestionable. El debate parlamentario continuaría con la intervención de los grupos parlamentarios comenzando por el líder de la oposición Mariano Rajoy que volvió a reiterar su satisfacción por el acuerdo alcanzado el día anterior sobre el catalogo de prioridades y objetivos de la Presidencia española, manifestado su deseo de que el semestre español sea un rotundo éxito y ofreciendo la máxima colaboración posible en un objetivo común como el éxito de España.

Mariano Rajoy destacó que el Tratado de Lisboa representa un gran avance que responde a una voluntad política y que lo importante es ponerse a trabajar dirigiendo unas elegantes y afectuosas palabras a la figura del nuevo Comisario Europeo, Joaquín Almunia con rango de Vicepresidente a cuya investidura en enero deseó el mayor éxito seguro de que su capacidad y prestigio le hacían un verdadero candidato para dicho cargo. Sin embargo no todo fueron palabras de elogio pues pronto realizaría una comparación entre la lamentable situación “que se vive” y la del año 2002 en la que se produjo la Presidencia española anterior manifestando que ante la falta de respuesta idónea de la crisis imaginaba la cara que pondrían sus interlocutores cuando el Presidente español les hablara del pacto de estabilidad o de la necesidad de reducir los déficits fiscales “el maestro Ciruela que no sabia leer y puso una escuela”, alusión cuya respuesta es obvia, la Presidencia española del Consejo es una cosa y el Consejo Europeo, el órgano que impulsa, proyecta y decide, formado por los Jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión de los que el Presidente español es solo uno, es otra. En todo caso expuesta la critica a la política económica del gobierno el jefe de la oposición volvió a manifestar el apoyo absoluto al gobierno por responsabilidad europea y porque compromete el prestigio de España.

La intervención de los demás grupos fue desigual teniendo que resaltar que no entraron, salvo excepciones, muy directamente en los temas europeos, que recordaron amablemente el acuerdo alcanzado el día anterior con una posición común de los objetivos de la Presidencia, pero sobretodo aprovecharon esta ocasión para entrar en otros debates fundamentalmente sobre el Programa de Estabilización, el empleo y la política económica del gobierno llegando la oportunidad que para algún territorio como las Canarias, otros temas de política española general o autonómica e incluso el reciente debate sobre el Sahara. Con esta comparecencia se pone fin a una acción que también ha vinculado a las Comunidades Autónomas al acordarse el día 14 en el seno de la IV Conferencia de Presidentes una Declaración Conjunta sobre la Presidencia española de la UE proponiendo el ejecutivo su intención de promover la participación de representantes de la Comunidades Autónomas en los Consejos de Ministros informales.
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