¿Se fusionarán las cajas gallegas aunque sea a regañadientes?

 Las autoridades monetarias parecen haber apostado por las integraciones de las cajas en el ámbito territorial, y las "fusiones frías", interregionales. Sobre todo si son de autonomías con gobiernos de diferente signo. Se intentan evitar los problemas de tipo político que ello conlleva. De ahí que el presidente de la Xunta de Galicia haya  exigido igual trato que el dado en Cataluña y Andalucía.

   El supervisor, en cambio, tiene el poderoso contraargumento de que Caixanova se niega a esta fusión. Pero la Xunta cuenta con importantes argumentos para presionar a Julio Fernández. Sobre todo que los empresarios, los sindicatos y todas las fuerzas políticas y sociales gallegas se muestran totalmente partidarios de esta integración que supondría, además de aportar importantes sinergias, una inyección económica procedente del FROB con la cual se taparían algunos "agujeros" de ambas entidades financieras

Otras cajas

   Mientras tanto, el panorama de fusiones sigue su curso. Silenciosamente, casi sin armar ruido, las que están diseñando la mayor integración jamás producida en españa por el número de entidades que participan en la operación,son las cajas rurales, incluso  por encima del nivel territorial. Otras, en cambio, apuestan por el SIP o "fusión virtual". Ese parece ser el caso de Castilla y León.

   La Junta dice tener capacidad legal para aprobar este tipo de fusiones, buscando descaradamente evitar la confrontación con el Banco de España y politizando, de esta manera, el acceso al dinero del FROB sin tener que salvar obstáculos no pretendidos por los gobiernos regionales del Partido Popular. En este mismo entorno se comprende la actitud de Caja de Burgos, que rechazó la integración con  Caja Duero y Caja España pero que, ahora, busca una solución.

   Lo que está claro es que todas las cajas, todas las entidades financieras de pequeño y mediano tamaño, buscan fórmulas para poder  acceder al dinero del FROB. Descartada la reestructuración queda la fórmula de la fusión, bien sea mediante integraciones aunque ello suponga un coste en puestos de trabajo y sacrificios en forma de pérdida de cuotas de poder político, o las fusiones virtuales, es decir, el "quiero y no puedo", algo que empezó con la Caja de Ahorros de Navarra, CAN, y Caja Canarias, y que todo el mundo pretende pero que no es bien visto por el Banco de España. Al menos para soltar dinero.